guarda el bolsillo
Desde EE.UU. Caputo y Bessent negocian la entrega del país
El ministro de Economía y su equipo viajaron en plena crisis, el plan no funciona y la única salida que proponen es seguir endeudándose. Estarían negociando los detalles de un swap millonario en dólares y la posibilidad de un crédito en DEGs, la moneda del FMI.
Por la tarde del lunes se conoció un nuevo posteo en X del secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, en el que le dan la bienvenida a la delegación económica argentina que se encuentra en Washington. Luis Caputo y equipo viajaron de urgencia (otra vez) a Estados Unidos para buscar mayores confirmaciones sobre el rescate financiero solicitado al Tesoro estadounidense. . "Durante su estancia aquí...continuaremos nuestras productivas discusiones sobre las varias opciones que el Tesoro tiene preparadas para apoyar las sólidas políticas de Argentina.", se lee en el posteo.
La estrategia de anuncios en redes sociales ya no logra calmar el nerviosismo de los inversores, al menos no por mucho tiempo. Mientras la comitiva argentina formada por el Santiago Bausili (presidente del BCRA), José Luis Daza (viceministro) y Pablo Quirno (el secretario de Finanzas) sigue negociando algún acuerdo, el Tesoro vendió este lunes u$s 400 millones. Se trata de la cuarta jornada de venta consecutiva por parte del Tesoro para mantener el dólar mayorista dentro de la banda cambiaria. Analistas estiman que ya quemaron el 60% de los dólares que consiguieron de las exportadoras con la medida de retenciones 0%, sumando presión a la incertidumbre económica y política.
La semana pasada las “mercados” reaccionaron con caídas fuertes en bonos y acciones, sumando presión sobre los dólares financieros tras las medidas que restringen la operatoria cruzada de personas humanas y los paralelos. Con la vuelta del cepo para regular la pérdida de divisas, que entre abril y agosto se llevó más de u$s 17.918 millones (BCRA), también volvió la brecha cambiaria. El camino a octubre aún es largo, la crisis política alrededor del escándalo de Espert puede influenciar negativamente en el resultado electoral.
Este lunes los “mercados” operaron expectantes de las negociaciones con el gobierno de Trump. La jornada fue de resultados mixtos, con una leve mejora en ADRs y bonos en dólares, y el riesgo país que se mantuvo alrededor de los 1000 puntos. Una de las novedades del día fue que la JP Morgan excluyó a Argentina del EMBI+, su principal indicador dedicado a bonos de mercados emergentes. En consecuencia, las mediciones del Riesgo País ya no serán en tiempo real sino cada 24 h.
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El secretario del Tesoro yanqui, Scott Bessent, fue claro: habrá una "línea de swap", no dólares en efectivo, y la prioridad es defender los intereses estratégicos de Estados Unidos en la región. Ni un centavo irá a dar respuesta a las urgencias del pueblo trabajador, es un respaldo político al plan de ajuste de Milei. La foto de Caputo estrechando la mano de Bessent, con banderas de fondo, no es más que la postal de una rendición: la economía argentina atada de pies y manos a los dictados de Washington y el FMI.
El acuerdo tampoco es inmediato: la ayuda podría llegar, si llega, recién después del 27 de octubre, pasada la elección de medio término. Mientras tanto, todo es incertidumbre. El viernes anterior, la titular del FMI, Kristalina Georgieva, deslizó que la ayuda podría incluir Derechos Especiales de Giro (DEGs), pero nada concreto. Este lunes en otro posteo sostuvo que tuvo "una excelente discusión" con el ministro sobre "las perspectivas y los esfuerzos de reforma de Argentina." Siguen los tuits.
Otra salida es posible
Mientras Caputo pasa la gorra en Washington y se arrodillan ante el Tesoro y el FMI, la izquierda tiene una propuesta para poner fin al problema de la deuda externa: su desconocimiento soberano, romper con el FMI y poner los recursos del país al servicio de las necesidades sociales. No se trata de un simple default como en 2002, sino de cortar de raíz con el mecanismo de saqueo que nos somete hace décadas. La deuda es una estafa que solo sirvió para enriquecer a unos pocos y desfinanciar salud y educación.
La única salida real pasa por terminar con el control de las cerealeras y multinacionales, imponer el monopolio estatal del comercio exterior gestionado por sus trabajadores y nacionalizar la banca para evitar la fuga. Solo así se puede frenar la sangría y destinar los recursos a salud, educación, vivienda y trabajo. No hay grieta entre libertarios, radicales, el PRO y el peronismo: todos acuerdan pagar la deuda. La izquierda, en cambio, plantea una ruptura de fondo para que la crisis no la sigamos pagando las grandes mayorías.
El pueblo trabajador necesita una salida propia, no más promesas de los mismos de siempre ni salvatajes que solo benefician a los poderosos. El camino es claro: soberanía, ruptura con el FMI y medidas de fondo para terminar de una vez con la dependencia y el ajuste.