TENSIONES
Dólar caliente, bonos en picada y tensión electoral: se encienden todas las alarmas económicas
La aprobación de leyes que aumentan el gasto público, el respaldo de los gobernadores y la cercanía de las elecciones activaron el temor de los mercados. Cayó fuerte la bolsa, los bonos y subió el dólar. El Gobierno enfrenta su momento más delicado y los inversores temen un eventual retorno del kirchnerismo.
La estabilidad económica que el presidente Javier Milei sostiene como bandera principal comienza a mostrar signos de desgaste. La reciente ofensiva legislativa encabezada por el kirchnerismo, con respaldo transversal de gobernadores y parte de la oposición, amenaza con desmoronar el superávit fiscal y empujar al país nuevamente hacia la incertidumbre económica. El mercado reaccionó con rapidez: desplome de acciones, caída de bonos y fuerte presión cambiaria marcaron una semana crítica.
En menos de un año, Milei pasó de ser celebrado por su veto a la suba de jubilaciones a enfrentar un escenario radicalmente distinto. Esta vez, pese a anunciar que volverá a vetar medidas que afectan el equilibrio fiscal, las señales políticas son preocupantes para los inversores. Tres leyes ya fueron aprobadas, dos más están en camino, y el Congreso podría reunir los dos tercios necesarios para forzar su aplicación, aun con veto presidencial.
Según la consultora Empiria, dirigida por Hernán Lacunza, el impacto fiscal de estas cinco medidas sería del 1,5% del PBI en 2025 y del 2,5% en 2026. Esto pondría en peligro el principal logro de Milei: el superávit fiscal primario proyectado en 1,6%. La presión no solo proviene del Congreso: los gobernadores impulsan iniciativas como el aumento de los Aportes del Tesoro Nacional y la coparticipación del impuesto a los combustibles. Aunque aseguran que el efecto es marginal, la señal que dan es contraria a la prudencia fiscal.
A este panorama se suma una tendencia clara hacia la dolarización en plena previa electoral. En lo que va de julio, el dólar oficial subió más del 8% y el informal trepó a $1.300. Pese a que el Banco Central intervino en el mercado de futuros y el Tesoro compró USD 400 millones, los operadores ya anticipan mayor volatilidad hacia octubre. A esto se le suma una baja en las liquidaciones del agro tras la finalización de beneficios impositivos, lo que reducirá la oferta de divisas.
En la Bolsa de Comercio, el propio Milei reconoció la gravedad de la situación. “Están desesperados, porque ven que en octubre vamos a ser La Libertad Arrasa”, dijo, apostando todo al resultado electoral. Pero los inversores, golpeados por malas experiencias previas, como el abrupto final de la gestión Macri, ya no compran promesas: esperan certezas.
Lo que está en juego no es solo un paquete de leyes ni un número en las cuentas del Estado, sino la credibilidad de un modelo económico que ha reducido la inflación y prometía estabilidad. Si el péndulo político vuelve a oscilar —como tantas veces en Argentina— el daño será inmediato. Y los mercados, por ahora, ya encendieron sus alarmas.