Dos argentinos se pusieron en cuarentena tras regresar de China
Laura y Leonardo Crespo llegaron al Aeropuerto de Ezeiza el lunes 24 de febrero tras un largo viaje que empezó en Beijing, la capital de China. Una vez en la Argentina, los hermanos se autoimpusieron una cuarentena de 14 días por si acaso portan el coronavirus, y hasta recurrieron a barbijos quirúrgicos por precausión. “Al […]
Laura y Leonardo Crespo llegaron al Aeropuerto de Ezeiza el lunes 24 de febrero tras un largo viaje que empezó en Beijing, la capital de China. Una vez en la Argentina, los hermanos se autoimpusieron una cuarentena de 14 días por si acaso portan el coronavirus, y hasta recurrieron a barbijos quirúrgicos por precausión.
“Al no tener síntomas respiratorios, al no estar estornudando o tosiendo, la verdad es que nuestra posibilidad de contagio es muy baja. Nos han dicho que no es necesario usar máscara”, reconoció Leonardo al canal C5N. Pero su hermana y él aún así insisten en aislarse del mundo en su domicilio de Villa Crespo.
Los hermanos viven en Beijing, desde donde partieron el domingo pasado, cuando la cifra de muertos por coronavirus en ese país ya había pasado los 2.000, y donde las autoridades impusieron medidas que “han sido muy estrictas”, según explicó Leonardo.
Entre las medidas impuestas en el casi desierto Aeropuerto de Beijing se cuentan los barbijos quirúrgicos pero también controles individuales de temperatura, la firma de una declaración jurada “para decir si había estado en contacto con personas con síntomas o si habían estado en la provincia de Hubei (epicentro de la crisis) en los últimos 14 días” y hasta el seguimiento de dónde se sienta cada pasajero para “detectar quiénes eran las personas que se habían sentado cerca” en caso de que alguien presente síntomas tras el vuelo.
Pero conforme los hermanos se alejaron del epicentro de la crisis sanitaria por el brote de Covid-19 disminuyeron las medidas de seguridad: en su primera escala, que fue en Dubai (Emiratos Árabes Unidos), les tomaron la temperatura pero en la segunda, que fue en Río de Janeiro (Brasil), “la tripulación cambia, dejan de usar barbijos” y también desaparecen los trajes de protección del personal de la terminal aérea.
Al llegar a Ezeiza “simplemente queríamos ver cuál era el protocolo y nos encontramos con un cartel informativo y eso fue todo”, explicó Leonardo. “En el momento en que entramos tuvimos solamente un control de rutina, que se suele preguntar de qué vuelo se llega, y eso fue todo. Básicamente no hubo control”, señaló.
Extrañados por la apatía de las autoridades con respecto a la gravedad del brote de coronavirus en otras latitudes, y atentos a que ni siquiera se hizo foco en los pasajeros llegados de China -ni de quienes “han llegado de países que han presentado numerosos casos últimamente, como Corea del Sur, Japón o Italia”-, los hermanos se autoimpusieron una cuarentena.
Por eso desde el lunes salen poco y nada de su domicilio y cuando lo hacen es con barbijos quirúrgicos que cambian cada dos horas, que es el tiempo que tardan en “gastarse”.
“En China, como las medidas han sido muy estrictas en cuanto al control de la enfermedad, hemos pasado gran parte del tiempo en nuestra casa y hemos salido para buscar comida cada tres o cuatro días. No presentamos síntomas, pero en esta enfermedad hay un período de incubación de 14 días donde una persona no presenta síntomas y puede llegar a contagiar a otra persona”, explicó el joven.
Las autoridades chinas determinaron que la distancia mínima de contagio de persona a persona es de 1,50 metros. Del otro lado del mundo, los funcionarios argentinos todavía no se han pronunciado al respecto.