campaña sucia

El caso de los "comedores fantasmas": "Hay una campaña cruel y mentirosa"

El exdiputado Leo Grosso mostró en cámara un comedor que según el gobierno no existe, pero existe y sigue funcionando. El dato se repite en otros lugares. El error del comedor del country y la auditoría de Capital Humano que, como mínimo, es "poco rigurosa".

El comedor “El Principito”, en el partido de San Martín, es uno de los denunciados por el ministerio de Capital Humano como “comedor fantasma”. Sin embargo está abierto, funcionando de lunes a viernes; incluso atendió a los auditores enviados por la ministra Sandra Pettovello. “Vinieron tres veces, estuvieron sentados acá”, le contó su responsable a Leonardo Grosso. El ex diputado nacional hizo un video mostrando al comedor en actividad y lo subió a las redes para plantear que la auditoría realizada por la ministra tiene, como mínimo, poco rigor. Es “una campaña cruel y mentirosa”, dijo Grosso.

Y es que no solamente “El Principito” está abierto. “De los siete comedores denunciados como fantasma en San Martín, cinco están funcionando. Es un relevamiento poco serio, y es gravísimo que además Pettovello acuse a los comedores de no existir después de tantos meses de falta de abastecimiento, porque desde diciembre no les manda alimentos”.

Como Grosso, que milita en el Movimiento Evita, también Norma Morales, de Barrios de Pie, contó que el comedor de su cuadra (Arco Iris, en Dock Sud) figura como “fantasma” pero funciona. “No está cerrado, aunque pasó a cocinar una vez por semana mientras que antes lo abría tres. En el comedor ocurre lo mismo que en nuestras familias, donde la plata no alcanza para hacer más que una comida al día", sostuvo.

Este jueves, a partir de las 10, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular va a volver a hacer la Fila del hambre en la puerta del ministerio de Capital Humano, para reclamarle a la ministra que vea que sus comedores existen y les envíe alimentos.

Desde hace una semana, una campaña en los medios afines al gobierno habla del “escándalo de los comedores fantasma”. Su planteo es que movimientos como el Evita, Barrios de Pie, el MTE o el Polo Obrero tienen comedores truchos, un invento para quedarse con dinero del Estado. Esta acusación se complementa con la de las organizaciones sociales que extorsionan a los pobres.

Para el gobierno de La Libertad Avanza, los movimientos sociales son “los nuevos esclavistas modernos”. Así lo aseguró el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, al hablar en el Congreso, la semana pasada. Y este lunes el presidente Milei lo reforzó : “la mitad de los comedores son fantasma. Los que existen te dicen que reciben a 500 personas y si vas te das cuenta de que entran 50″, aseguró en una entrevista, al regresar de su gira a España en la que, aseguró, “demostré que soy el máximo exponente de la libertad a nivel mundial, le guste a quien le guste”.

Datos mezclados

No se plantea en esta nota que los planes o la entrega de alimentos no deban ser auditados. Todo lo contrario: su uso debe ser rendido y las irregularidades corregidas. Pero en el debate sobre los comedores denunciados por Pettovello, la discusión mediática mezcla los datos. Hay puntos que conviene aclarar:

* La auditoría de Capital Humano tomó una muestra de 2600 comedores inscriptos en el Renacom (el Registro Nacional de Comedores Comunitarios), de los cuales 1600 “no validó”. En base a esta auditoría, los se instaló la frase “la mitad de los comedores no existen”. La campaña de prensa sostiene que “los comedores son un gran agujero negro” con los que las organizaciones roban fondos del estado.

* Sin embargo, el listado de comedores inscripto en el Renacom no es el que recibía alimentos de Desarrollo Social. Es decir, el estar registrado en el Renacom no habilita a un comedor a recibir fondos ni alimentos.

* El ministerio (hasta diciembre de 2023, cuando asumió Pettovello y cortó los envíos) mandaba alimentos a los comedores por tres vías, en todos los casos haciendo un expediente: una primer vía era la entrega directa de mercadería, luego está el programa de Naciones Unidas (PNUD, que consiste en la transferencia de dinero) con convenios anuales y finalmente hacía convenios semestrales con organizaciones sociales.

*”En cada caso, la entrega de alimentos o la transferencias de fondos cumplía con un proceso previo, se hicieron expedientes internos en el que los comedores, a través de su personería jurídica, presentaban su documentación para que les asignen los recursos y luego debían hacer una rendición de cuentas”, señaló un ex funcionario del área de Políticas Alimentarias. Estos expedientes están en el ministerio.

*En las organizaciones sociales admiten que no en todos los casos los controles eran igualmente rigurosos. El sistema del PNUD, que viene de los años ‘90, sigue pasos más estrictos.

* De todas maneras, el registro del Renacom --del que se tomó la muestra que fue auditada-- es otra cosa, un registro que el ministerio creó durante la pandemia para hacer un mapa de los comedores. A la manera de otros registros, como del Barrios Populares o el de Trabajadores de la Economía Popular, el Renacom es una herramienta para conocer la realidad y definir políticas públicas. La inscripción en ese registro se realiza por internet, y luego los comedores son validados con la visita de personal del ministerio. En diciembre, el Renacom tenía 40 mil comedores inscriptos por internet, de los que sólo un porcentaje menor había sido validado.

Desconocimiento

Grosso toma el caso de “El Principito” para contestarle a Milei. “Es un comedor muy chico, cocinan en la cocina de la dueña de casa, en una villa donde todas las casas son muy pequeñas porque es una villa de muchos pasillitos en una manzana. Los espacios son muy reducidos, la gente va al comedor para llevarse el tupper. Cuando Milei plantea ‘te dicen que alimentan a 500 personas y no tienen lugar ni para 50’, hay que avisarle que la gente va a buscar el tupper a los comedores, en muy pocos lugares se come en el lugar”.

También cuestiona el listado que el ministerio filtró a los medios. “Muchos periodistas armaron el show del comedor fantasma, recorriendo barrios a los que en su vida habían visitado, buscando direcciones en una lista hecha con poca rigurosidad, digamos: hay un comedor en Tigre que dicen está dentro de un country, pero esa dirección está mal, el comedor está en la villita de la vereda de enfrente del country. Otro comedor, El gauchito Gil, de Quilmes, que ellos decían no existe, existe también, tenían mal la dirección”.

“Yo creo que el ministerio busca construir argumentos para dejar de abastecer a todos los comedores. Como sabe que eso es muy cruel, no sólo cruel sino también irresponsable, inventa algo para justificarlo y dice ‘no existen’. Pettovello intenta embarrar la cancha, no hay que olvidarse que ya tiene una causa judicial en la que está siendo investigada por incumplimiento de los deberes de funcionaria pública, justamente por no enviar alimentos a los comedores”.

El ex diputado plantea que “con el hambre tiene que haber un límite, tiene que haber un límite en algún punto, un límite moral. Cuando el gobierno viene a montar la idea de “el show del curro kirchnerista” y desfinancia completamente una política social que nadie se había atrevido a desfinanciar, bueno, nos parece que hay que ponerle un freno. Estamos frente a un gobierno que pone como a enemigo a las personas que alimentan a los vecinos que no llegan a cubrir la olla. Me parece que por este camino se va mal”.

Según el director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica, Agustín Salvia, durante los primeros cuatro meses del gobierno de Milei la pobreza aumentó del 41 al 55% y también la indigencia se agravó, pasando del 12 al 18% de la población. Es en este crítico panorama que el gobierno nacional recortó en un 45 por ciento los fondos destinados a comedores y merenderos comunitarios. El ajuste se puede comprobar en los datos públicos y oficiales de la ejecución del presupuesto, los que muestran la caída del gasto destinado a los comedores.