SALUD

El dióxido de cloro no previene el coronavirus

El dióxido de cloro es mencionado en las redes sociales como una posible solución a la enfermedad. Es un dato falso. Los especialistas advierten además que su uso implica riesgos para la salud.

El ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, descartó hoy cualquier utilidad del dióxido de cloro contra el coronavirus, llamó a respetar las normas sanitarias y pidió responsabilidad a los comunicadores a la hora de hablar sobre tratamientos contra el COVID-19 que no tienen aval científico.

"La Argentina tiene una entidad regulatoria que es la ANMAT y todos tenemos que ser extremadamente respetuosos de la normativa. Ese tratamiento no está dentro de los aprobados en la Argentina. La difusión genera confusión y puede causar algún daño. Yo le digo a la ciudadanía que cumpla con los tratamientos y elementos de prevención que las entidades regulatorias recomiendan”, enfatizó esta mañana el funcionario.

El dióxido de cloro es mencionado en las redes sociales como una posible solución a la enfermedad. Es un dato falso. Los especialistas advierten además que su uso implica riesgos para la salud y no tiene ninguna eficacia para prevenir o tratar el coronavirus.

"El dióxido de cloro lleva años publicitándose como un remedio para muchas enfermedades que van desde malaria, a diabetes, asma, autismo o, incluso, el cáncer, pero ninguna institución sanitaria lo reconoce como medicamento", explica el toxicólogo del Hospital Gutiérrez y asesor de Toxicología del SAME, Héctor Berzel, (M.N. 83.577).

El dióxido de cloro es una sustancia utilizada como desinfectante de superficies y blanqueador de materiales orgánicos. Su ingesta tiene diversos efectos secundarios.

La ingesta de dióxido de cloro repercute rápidamente en los tejidos humanos: puede causar irritación en la boca, el esófago y estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas.

Otras complicaciones pueden incluir graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales. La disminución de la presión arterial puede dar lugar a fallas respiratorias debido a la modificación de la capacidad de la sangre para transportar oxígeno.Además, su inhalación puede generar diversas complicaciones respiratorias: bronquitis crónica, broncoespasmos, neumonitis química y edema pulmonar o de glotis (cúmulo de líquido en las cuerdas vocales).