FMI: reunión clave
El directorio analiza el caso argentino mientras crece la incertidumbre cambiaria
El Gobierno espera algún gesto del Fondo Monetario en el inicio de la semana para contener la corrida cambiaria. Economistas analizan el impacto del acuerdo.
Los días previos a la aprobación en la Cámara de Diputados del DNU que autoriza el acuerdo con el FMI, los mercados reaccionaron con volatilidad: los dólares financieros aceleraron el alza, mientras cayeron los bonos globales, reflejando la incertidumbre sobre una posible transformación del régimen cambiario antes o después de las elecciones de medio término. PáginaI12 consultó a economistas sobre el tenor de estos movimientos y la fragilidad económica que advierten en el actual modelo. Este martes habrá una reunión clave del directorio del Fondo Monetario Internacional para tratar el caso argentino de manera informal, paso previo a su aprobación definitiva.
“Está por verse si será una devaluación controlada o descontrolada”, afirma Roberto Feletti, ex diputado nacional y ex Secretario de Comercio. Una devaluación controlada “dependerá exclusivamente del acuerdo con el FMI y del monto involucrado, los rumores llegan a una cifra similar a lo que faltó desembolsar en el préstamo de Macri, es decir unos 11.000 millones de dólares, pero otros hablan de 20.000 millones”, en tanto una devaluación descontrolada “es realizada por los mercados si se impacientan por la firma del acuerdo con el FMI”.
En esa dirección, Haroldo Montagú, director de la consultora Vectorial, señala que hay dos grandes dudas: “Primero, el monto total del préctamo y qué opina el mercado de este monto, si es más o menos de lo que el Gobierno dejó trascender, y en segundo lugar resta ver cómo serán los desembolsos, con qué frecuencia y las condicionalidades que exijan en materia de política económica”, esta falta de certezas augura la fragilidad financiera que vimos la semana pasada se mantendrá hasta concretar el acuerdo.
¿Fragilidad o fortaleza?
Pablo Moldovan, director de CP Consultora, pone el acento en el cambio de ciclo que anticipan las últimas ruedas en el mercado cambiario. “El Gobierno fracasó en conseguir los dólares faltantes en el mercado, y recordemos que hasta diciembre pasado las autoridades aseguraban que no firmarían ningún acuerdo con el FMI salvo que este aceptara a sus condiciones”, aclara, pero ahora la situación es la inversa y “no está claro que la firma de un acuerdo permita calmar las expectativas de los inversores o termine aumentando el problema del faltante de dólares como pasó en 2019”.
Esto ocurre, además, “en un mercado del dólar que es bastante complejo, que está dominado por los flujos financieros: el Gobierno controla los dólares paralelos con el saldo en divisas que deja el intercambio comercial de bienes y compra en el mercado oficial dólares por el flujo de deuda privada para hacer carry trade”. Pero con el anuncio del acuerdo con el Fondo empezaron a desarmarse posiciones de carry “posiblemente de exportadores e importadores en un número importante –el Central vendió 1.200 millones de dólares en las últimas seis ruedas- de modo que hasta el momento, con anuncios y sin precisiones, vemos que el salvataje del Fondo solo rompió el ciclo financiero”.
En este punto “el modelo depende muchísimo de lo que pase en el sistema bancario, de que la gente no retire los depósitos”, coincide en señalar Martín Burgos, director del Departamento de Economía del Centro Cultural de la Cooperación. También plantea que existe un riesgo a volver a esta misma situación en menos de un año “si ingresa el préstamo del FMI y se recomponen las reservas con una devaluación, pero al tiempo se deja otra vez el tipo de cambio fijo y no se realizan políticas productivas”.
Para Bianca Roldán, asesora financiera e investigadora en el CIHESRI, FCE-UBA, el Gobierno enfrenta el desafío de “mantener el actual esquema cambiario en un año electoral” y en este contexto lo que se conoció del anuncio tampoco lleva tranquilidad. “Se confirmó que la tasa del préstamo con el FMI sería superior a la de la deuda con el Banco Central, lo que eleva la carga del servicio de deuda y plantea un interrogante fundamental: ¿cómo se garantizará el repago de estos compromisos sin agravar el deterioro de las reservas ni generar mayor presión sobre el tipo de cambio?”.
El problema es el modelo
“El programa económico del Gobierno entró en una crisis clásica de sector externo, que estuvo retrasada por el éxito del blanqueo por 23.000 millones de dólares y el superávit comercial de 18.600 millones”, analiza Roberto Feletti. Pero el Gobierno con esos dólares “hizo lo mismo que en 2018: le pagó un diferencial importante a los agentes externos para que inviertan sus excedentes en pesos, y con un tipo de cambio anclado las ganancias en dólares llegaron a un 70 por ciento, eso le permitió al Central acumular reservas”. Pero ese ciclo se terminó porque “hoy las reservas del Banco Central están en 26.500 millones: apenas por arriba del peor registro que tuvimos durante la sequía de 2023”.
“El modelo económico no genera divisas sino que las gasta y cada vez más”, agrega Burgos. “La suba de precios del 2,4 por ciento en febrero es también un aumento de costos en dólares y pérdida de competitividad, lo cual alienta las importaciones y a gastar dólares afuera e irse de viaje”. En este sentido, también desde CP Consultora vienen señalando que el programa cambiario de 2025 es muy distinto del de 2024 y que “el anuncio del acuerdo con FMI revela de alguna manera esto”.