Análisis

El ocaso de Macri, la Provincia en alza y la confrontación que se viene

Bolivia le asestó el golpe de gracia al exmandatario. El lastre del apellido influyó para que su primo se “bajara” de la contienda electoral. En la Provincia, las fichas del peronismo se acomodan mientras Kicillof gestiona la crisis con mano firme.

"Los dirigentes no lo van a ver a Macri, lo van a ver a Larreta”, dijo hace pocos días Ernesto Sanz en diálogo con el periodista Luis Novaresio.

Más que del liderazgo de Horacio Rodríguez Larreta, sus palabras fueron una constatación de cuánto se eclipsó la estrella de Mauricio Macri, quien hasta hace no tanto tiempo fuera nada menos que presidente de la Nación.

Con vistas a las elecciones legislativas, que ya están a la vuelta de la esquina, la figura del expresidente (bajo cuya ala creció el jefe de Gobierno en la Ciudad) ya convoca poco y nada. La renuncia de su primo, Jorge Macri, a encabezar una lista dentro de Juntos por el Cambio puede haberse originado en las tensiones internas propias de las pujas preelectorales, pero también contribuyó que ya no cuente con un capital que en otro tiempo le habría resultado importante: hoy, llevar el apellido Macri es una carga más que un beneficio.

El golpe de gracia no provino de ningún adversario interno, sino del gobierno de Bolivia, que acusó al exmandatario de haber colaborado con el golpe de Estado ocurrido a fines de 2019 en el país hermano. A medida que se suman las pruebas de esta colaboración, va quedando claro que son sus propias acciones, y no una descabellada campaña en su contra, las que sepultan el capital político de Macri y lo ponen en una situación complicada ante la sociedad, la Justicia y otros pueblos americanos.

El Frente de Todos, hacia la unidad

Mientras tanto, en el oficialismo también se producen reacomodamientos en los días previos al cierre de listas para los comicios. Como no podía ser de otra manera, diversas corrientes y sectores pujan por su inclusión en las nóminas. O, como parece que va a ser el caso en muchas jurisdicciones, en “la” nómina, en singular. Porque la tendencia es que el Frente de Todos presente listas de unidad en la mayoría de los distritos, incluido el de más peso en el país, la provincia de Buenos Aires.

Aquí, el gobernador Axel Kicillof viene moviéndose como pez en el agua. Procura mantener un control sobre la conformación de la oferta electoral mientras conserva en el gobierno a sus mejores aliados y mantiene un ojo en los números de la economía que, para su beneplácito, vienen mostrando una clara recuperación en el marco de la crisis provocada por la pandemia de Covid-19.

Esa mejora le permitió adelantar la recomposición salarial en el ámbito público e intensificar los planes de ayuda a distintos sectores de la economía. Medidas que pueden redundar no solo en una salida más rápida de la crisis, sino también en la respuesta en las urnas.

Nadie tiene comprado el resultado electoral, pero está claro que, mientras las cifras empujan el capital político del gobernador, es inevitable que en alguna medida el macrismo se hunda con Macri. Habrá que ver.