El turista australiano apuñalado en Recoleta sufre neumonía

Terrence Bulmer, el turista australiano internado en coma farmacológico por haber sido apuñalado en un intento de asalto frente a la Facultad de Derecho, cursaba este miércoles un cuadro de neumonía. De acuerdo con el parte del Hospital Fernández difundido durante tarde, el hombre de 67 años “se encuentra cursando neumonía asociada a ventilación mecánica […]

Terrence Bulmer, el turista australiano internado en coma farmacológico por haber sido apuñalado en un intento de asalto frente a la Facultad de Derecho, cursaba este miércoles un cuadro de neumonía.

De acuerdo con el parte del Hospital Fernández difundido durante tarde, el hombre de 67 años “se encuentra cursando neumonía asociada a ventilación mecánica con fallas orgánicas” y aclaró que el cuadro es “estable dentro de los parámetros de gravedad que presenta el paciente”.

“Es una complicación, pero esperable por la cantidad de días que lleva con respirador”, explicó a Télam una fuente médica. Bulmer fue apuñalado en el pecho este sábado en Recoleta y se encuentra internado desde entonces.

Esta neumonía es una novedad respecto del estado de salud descripto entre este lunes y este miércoles, y al igual que esos días el paciente permanece alojado en la unidad de terapia intensiva por “un trauma torácico penetrante con lesión cardíaca”.

“Continúa bajo monitoreo multiparamétrico y con medidas de soporte de sus funciones orgánicas”, indicó el parte, que detalló que el turista se encuentra en “coma farmacológico”, con “asistencia ventilatoria mecánica” y “requerimiento de fármacos vasoactivos” para que su sistema circulatorio sea estable.

El hecho se registró el sábado último cerca de las 7.10 de la mañana mientras Bulmer, quien trabaja para una empresa radicada en Brisbane, Australia, realizaba ejercicio frente a la Facultad de Derecho, en Recoleta.

Según les explicó el turista a los policías que acudieron al lugar, en ese momento fue sorprendido por un delincuente que lo amenazó con un arma blanca para exigirle sus pertenencias.

Como el hombre se negó, el ladrón le aplicó un puntazo en el pecho, a la altura del corazón, y huyó a la carrera, dejando en el lugar el arma que había utilizado.