En una nueva rueda de reconocimiento, tres de los rugbiers fueron identificados por testigos
Los diez rugbiers detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa fueron sometidos este lunes a nuevas ruedas de reconocimiento, las cuales sumarán la tercera jornada, mientras que sus teléfonos celulares y el de Pablo Ventura, el joven que había sido implicado y fue liberado, comenzaron a ser peritados en Mar del Plata. Tres de […]
Los diez rugbiers detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa fueron sometidos este lunes a nuevas ruedas de reconocimiento, las cuales sumarán la tercera jornada, mientras que sus teléfonos celulares y el de Pablo Ventura, el joven que había sido implicado y fue liberado, comenzaron a ser peritados en Mar del Plata. Tres de ellos fueron reconocidos durante las mismas.
Por otro lado, un testigo clave para descubrir la casa donde se alojaban los rugbiers declaró: “Se reían de que le habían roto la jeta a uno”. Se trata de Andrea Ramos, recepcionista del hotel Inti Huasi, ubicado a media cuadra del boliche Le Brique, quien explicó: “Narraban una pelea que habían tenido, y de manera burlona, se reían, que le habían “roto la jeta a uno, y que lo habían llenado de sangre”.
Una vez finalizada esta ultima rueda de reconocimiento los 10 rugbiers serán llevados al penal de Dolores donde estarán a la espera de saber si se les impone la prisión preventiva, sin entrar en contacto con el resto de los presos.
Estas instancias de reconocimiento se tratan de distintas medidas de prueba en torno a la causa por el asesinato ocurrido en la madrugada del 18 de enero pasado a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell.
El peritaje de los celulares está a cargo de detectives de la División de Operaciones Técnicas de la Agencia Regional de la Policía Federal, en la Escollera Norte de Mar del Plata.
La pericia abarca los aparatos de los diez acusados y el de Ventura, quien fue liberado la semana pasada pero sigue ligado a la causa y formó parte de las ruedas de reconocimiento.
Asimismo, permanecen pendientes la prueba de “rastros”, con las ropas y zapatillas secuestradas a los imputados, la cual se realizará en Dolores, y el examen scopométrico -se haría en Tierra del Fuego- para saber a quién pertenece la zapatilla cuya suela quedó marcada en la cara de Báez Sosa y que le habría provocado la muerte.