Excarcelaron a un acusado de femicidio y amenaza a los testigos del juicio

En vísperas de las fiestas, Pablo Barberio volvió a su casa de Villa Luro luego de permanecer en prisión preventiva en la cárcel de Ezeiza los últimos 2 años y medio.

Barberio de 51 años está acusado por el homicidio de Gloria Sierra, la abogada proteccionista y ex presidenta del Movimiento Argentino de Protección al Animal (MAPA). Fuentes cercanas a la investigación revelaron que el Tribunal Federal Nº17 derivó la competencia al Juzgado Civil Nº23, que resolvió el traslado del imputado al Hospital Borda con una custodia policial que no se cumplió.

Desde su liberación, Bruno Caamaño (ex hijastro de Barberio y testigo clave en la causa) teme por su vida y la de su familia. No solo vive a pocos metros de la casa del presunto homicida, sino que denunció amenazas contra él, su madre y vecinos. Como consecuencia de esta situación algunos de ellos comenzaron a sufrir ataques de pánico.

Según denunció Caamaño, Barberio camina libremente por las calles del barrio, se burla de la Justicia, se mete en su jardín y desde donde mira hacia el interior de la casa, se trepa por los techos de los vecinos y hasta maneja el auto del padre sin poseer licencia de conducir.

Asimismo denunció que Barberio escribe desde un perfil falso en Facebook (Antonio Montana, nombre que remite al personaje de la madia de la película “Scarface” de Brian De Palma) y deja comentarios en su cuenta “oficial” (a la cual no debería tener acceso) en los que insiste con su inocencia y reclama el sobreseimiento por la supuesta falta de pruebas.

A pesar de ello aunque el juzgado levantó la prisión preventiva, el juicio oral sigue pendiente.

Antecedentes de un caso que espera por justicia hace más de dos años

En 2017 Caamaño incriminó a su ex padrastro en el asesinato de la abogada Gloria Sierra. Ante la justicia declaró que Barberio le confesó el crimen y que le pidió ayuda para desmembrar y descartar el cuerpo.

Incluso detalló que el principal sospechoso le dijo que la mató con sus propias manos y que le había costado ahorcarla. “Era dura la vieja” aseguró ante la justicia Caamaño que le dijo Barberio cuando le confesó el crimen.

En la causa, además de Barberio hay otra persona imputada. Se trata de Elisabet Koenig, también proteccionista.

La causa está caratulada como “femicidio, homicidio agravado por el vínculo y criminis causae”.

La fiscalía sostiene que el móvil del crimen fue la apropiación de la casa de la víctima en Flores, un inmueble valuado en más de 1 millón de dólares. La Justicia encontró chats entre Koenig y Barberio en los que confabulaban para adulterar la escritura, que tras el asesinato desapareció de la casa de la víctima.

Sierra había contratado a Barberio para que la ayudase a cuidar de sus animales. El sospechoso se había acercado a la víctima utilizando su supuesta amor por los animales como una manera de establecer un vínculo. Sin embargo en el allanamiento realizado en la casa del imputado la justicia encontró animales desnutridos, gatos y perros muertos en frascos de formol, en la heladera y semienterrados en toda la propiedad.