Denuncias

Heriberto Deibe, interventor del Soeme, podría ir a la cárcel por abuso sexual

Fue denunciado por una exempleada del gremio, quien además manifestó haber sido sometida a malos tratos psicológicos y verbales. “Entraron por la ventana y maltratan. No quieren que abra la boca para que no se les termine el kiosco dentro del sindicato”, dijo la víctima en exclusiva a este multimedio.

La situación judicial de Heriberto Deibe, delegado normalizador en la Provincia de Buenos Aires del Sindicato de Obreros y Empleados de Minoridad y Educación (Soeme) desde junio de 2020, se vio severamente comprometida.

Luego de varias denuncias de empleadas en su contra, se sumó en el último tiempo una más, ahora por un cargo aun más grave: abuso sexual. Ante eso, Deibe fue citado a declaración indagatoria el próximo 13 de julio a las 11.30, a través de una videollamada.

Media hora después, también deberá comparecer ante la Justicia el interventor del gremio, Julio César Simón (h).

Tal como este multimedio viene informando en exclusiva, las denuncias contra el polémico delegado se fueron acumulando. Primero fue una auxiliar docente quien lo acusó de maltrato laboral y luego otra empleada lo señaló por “acoso sexual”, siempre en la sede del Soeme en Capital Federal.

El panorama se fue oscureciendo y por último fue Pamela Bulacio, docente que cumplía funciones en el gremio, quien lo denunció ante la Fiscalía de la Mujer de la Ciudad de Buenos Aires, exposición que recayó en la Fiscalía Criminal y Correcional número 11.

En diálogo con este multimedio, la mujer contó que notaba que Deibe le “miraba la cola durante algunas reuniones”, motivo por el cual ella decidió modificar su manera de vestirse, ya que llegó a pensar que era su culpa, por ir “con ropa sensual a un sindicato”.

La situación tomó una dimensión más severa con el tiempo. “El 10 de agosto de 2020 estábamos (en las oficinas del Soeme de Capital) trabajando con compañeras en el armado de la cajas de los juguetes para los hijos de los afiliados. Él (Deibe) me llamó después de retarnos porque supuestamente hablábamos en voz alta. Me preguntó si había pasado algo entre nosotras, si estábamos discutiendo. Le dije que no y me respondió que yo estaba un escalón más arriba, que no tenía que discutir con esa gente. Me insinuó que si yo tenía algo con él, íbamos a viajar juntos por la Provincia. Eso me descolocó de la charla”, narró Pamela.

La denuncia

La mujer luego relató: “Él estaba cruzado de piernas y se tocaba sus partes íntimas. Pensé que se estaba acomodando la ropa, pero todo se hizo evidente y me empezó a incomodar. Me paré para darle fin a la charla, quise volver a buscar mis cosas e irme a casa. Se acercó para saludarme, me agarró con una mano llevándome hacia él y ahí noté que tenía una erección. Me terminó dando un beso en la mejilla porque lo corrí. No comenté nada, estaba en shock. Me fui y le conté a Simón, pero no me creyó, lo minimizó y dijo que fue una sensación mía, que teníamos que llevarnos bien y trabajar”.

Bulacio añadió: “Pasó el tiempo y él se dio cuenta de que no me interesaba estar con él por poder ni para viajar. Se quedó con la sangre en el ojo porque lo rechacé. Me pareció repulsivo. Empezó a hostigarme laboralmente y me destrataba, me hablaba mal, le hablaba mal de mí a mis compañeros, no me convocaba a reuniones o tardaba una hora y media en llegar. Empezó a sacarme lugar”.

Otro incidente particularmente violento tuvo lugar, de acuerdo a las palabras de la denunciante, el 20 de septiembre de 2020. “Teníamos una reunión y me citó media hora antes porque quería hablar conmigo. Me imaginé que iba a retarme porque no le gusta que le lleven la contra, ya que es autoritario y quiere tener la última palabra. Llegué, pero no había nadie en el piso. Me dijeron que estaba en otro y fui. Tampoco estaba, pero sí se encontraba Leonardo Fernández, quien trabaja con él en la intervención. Entonces llegó Heriberto y ya estaba descolocado: es un hombre que pasa de estar bien a golpear cosas y gritar. Empezó a gritarme de la nada, y golpeaba las paredes. Me asusté. Decía que yo no le hacía caso. Los gritos se escucharon en todo el Soeme. Leonardo le pidió que se calmara, que soy una mujer, y lo sacó. Yo no podía parar de llorar, sentía miedo, bronca”, contó Pamela.

“Me fui y, más tranquila, le pedí una reunión a Simón. Pero como la vez pasada no me había creído y me había dicho que era una sensación mía que Heriberto casi se masturbara al lado mío, decidí grabar la reunión con mi teléfono. Simón dijo que tocarlo a Deibe era como tocarlo a él y que, si lo denunciaba, me iba a dejar sin trabajo. Para entonces ya Claudia Agüero había denunciado a Heriberto por gritarle y golpearle el escritorio, denuncia que se cajoneó pese a que había testigos. Me preguntó si tenía algo que ver con esa denuncia, porque pensaban que yo la había arengado, y que si era así las consecuencias iban a ser peores. También dijo que no podía tener en su equipo de trabajo a alguien que le jugara en contra. Me amenazaron porque tienen el poder y se sienten intocables. Tenía miedo de perder el trabajo porque necesitaba trabajar, y me gusta la militancia sindical, por lo que decidí callarme. Lo hice por un año, hasta que me enteré que había otras compañeras que pasaban por lo mismo y no podía estar tapando esta mugre”, continuó Bulacio.

Y agregó: “Decidí hacer la denuncia y presentar las pruebas, pese a que me tenían amenazada. Sabía que me iba a quedar sin trabajo, pero no podía seguir sosteniendo esa mentira ni seguir permitiendo que a mis compañeras les pasara eso. Soy afiliada del sindicato desde 2011. Me gusta, pero no estoy de acuerdo con esta gente que vino para quedarse con algo que no es de ellos, que entró por la ventana y encima maltratan. Se les subió el poder a la cabeza y creyeron que nadie iba a hacer nada”.

La mujer relató: “En mayo, cuando se enteraron que hice la denuncia y que me había reunido con las compañeras que pasaron por lo mismo, me despidieron. Estos tipos no tienen que estar ocupando un lugar de poder; son un peligro. Cumplieron con la amenaza de dejarme sin trabajo. ¿Qué hubiera pasado si me amenazaban con otra cosa? También hubiesen cumplido”.

La intervención

No está de más aclarar que Deibe fue nombrado por Simón en la Provincia de Buenos Aires desde el 2020, cuando la Sala VII de la Cámara del Trabajo, integrada por María Dora González y Víctor Pesino, desplazó a las autoridades que habían ganado las elecciones del sindicato y designó a un interventor por decisión del juez federal Ernesto Kreplak, quien persiguió al ingeniero Marcelo Balcedo, exsecretario general del gremio y víctima de maniobras judiciales. Días atrás, Kreplak fue desautorizado por la Corte Suprema y Balcedo en pocos días volverá a tomar las riendas del Soeme.