EXCLUSIVO
Iván Carrino: “El liberalismo es la nueva moda”
En exclusiva con diario Hoy, el economista Iván Carrino, quien se presentará en una serie de charlas en Uruguay, celebró el avance de las ideas liberales en la región y analizó los desafíos que debe encarar Milei.
El economista Iván Carrino, investigador asociado de Faro UDD (Universidad del Desarrollo de Chile), brindará una serie de charlas este viernes en Uruguay.
Primero estará en un encuentro con el sector empresarial en un hotel de Punta del Este. Luego, dará una presentación abierta a todo público, titulada “Argentina, Uruguay y la región: ¿nuevos rumbos económicos?”. Por último, participará del ciclo “Café y Mercados” de la Universidad Católica de Uruguay, con la charla “Desde Milton Friedman a Milei: economía, libertad y futuro”.
Según contó en diálogo con diario Hoy, en estas actividades brindará su análisis sobre los “nuevos rumbos económicos en la región”.
La ola del libre mercado
“Milton Friedman parece ser muy poca cosa al lado de la escuela austríaca. Entonces, con Milei parece haber un liberalismo más radical, recargado”, comparó Carrino. En esta línea, conociéndose los resultados de las elecciones en Chile y Bolivia, celebró que “después de la moda del socialismo del siglo XXI con gobiernos como Lula, Chávez, Evo, Mujica, los Kirchner, hoy se impone más un discurso que pondera el orden macroeconómico y que está a favor de privatizar y de un rol más pequeño para el Estado”.
A esto, analizó que “los procesos políticos suelen tener impactos regionales”. Sobre la “hegemonía intervencionista”, opinó que tuvo que ver con un “periodo de bonanza económica relacionada con cuestiones externas internacionales”, como el elevado precio de los commodities. “Esto permitió hacer una redistribución sin que impactaba de forma muy negativa en el crecimiento económico”, explicó.
Sin embargo, esa situación cambió: “Ya ni siquiera tenías que ser liberal para pensar que bajar el gasto público en la Argentina era algo deseable y que iba a corregir los problemas económicos que estábamos teniendo”.
En este camino, destacó que “el plan de Milei no es oculto ni poco transparente, desde el primer minuto fue un plan de achicar el gasto público y correr al Estado de una excesiva intervención en la economía”.
Industrialización
Como economista liberal, Carrino minimizó la importancia de industrializar el país: “Si entendemos por industrialización como proceso guiado por la mano del Estado que destina fondos para promover el crecimiento de determinados sectores o crear barreras a las importaciones para que crezca la industria, en el caso de Argentina lo descartaría”.
No obstante, ponderó que “en un contexto de una economía que funciona mejor porque tiene reglas claras, inflación e incertidumbre cambiaria baja, la industria se puede desarrollar libremente como cualquier otro sector”.
El pedido por reservas
En el último tiempo, de la mano del FMI (como exigencia) y de economistas como Cavallo (en tono de advertencia), crece la expectativa para que el Gobierno nacional acumule reservas. Sin embargo, Carrino criticó esta posición.
“¿Estaría bueno que Argentina tenga 100.000 millones de dólares de reservas ? Por supuesto. Es un buen colchón, un matafuego cargado. Ahora, la pregunta es cómo hacer. La forma es con superávit fiscal, no con emisión monetaria o con un tipo de cambio más elevado que tenga consecuencias negativas como la inflación”, señaló.
Al respecto, sostuvo que “detrás del reclamo por comprar reservas hay una búsqueda de un dólar más alto”. “En Argentina hay un paradigma muy dominante que no se puede tener un tipo de cambio real apreciado, que necesitamos un dólar caro porque de lo contrario no vamos a poder competir y la industria se funde”, agregó.
La inflación
Por último, además de consolidar el superávit fiscal para acumular reservas o pagar deuda, Carrino también expresó que uno de los desafíos del gobierno de Milei es consolidar la baja de la inflación. Para ello, propuso un Banco Central “más transparente”: “Tiene que plantear un objetivo, mostrar una hoja de ruta de cómo hay que mejorar. De lo contrario, si la inflación no baja, nos vamos a hacer millones de preguntas. En cambio, si el Banco Central enuncia sus objetivos, las respuestas a esas preguntas son sencillas”.