Museo de Cera de Madrid

Javier Milei, perro faldero de Donald Trump: las creativas esculturas de un artista chileno

Nicolás Miranda ingresó infraganti al Museo de Cera de Madrid con una serie de muñecos de figuras cuestionadas en todo el mundo y las ubicó todas a los pies de la estatua del presidente de Estados Unidos en el Salón Oval.

En tiempos de popularidad mediática de los contenidos bizarros versus "aesthetic" (visualmente agradables), el arte político se catapultó como una herramienta clave para que una consigna de protesta obtenga mayor alcance. La nueva obra del artista visual Nicolás Miranda, presentada en Madrid, da cuenta de esto. Se trata de una representación del Despacho Oval de la Casa Blanca en el Museo de Cera de la capital española, en el cual incluyó varias esculturas: una figura de Chucky con el rostro del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu; otra del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Melania Trump; y a los pies de estos, un perro salchicha con el rostro de Javier Milei. La pieza se completa con tres ratas con las caras de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el alcalde de la capital; José Luis Martínez-Almeida; y el líder de Vox, Santiago Abascal.

La obra, titulada Child's play (el nombre en inglés de la franquicia que protagonizaba el muñeco diabólico), apenas duró media hora. El artista de nacionalidad chilena contó a la agencia EFE que durante la tarde del miércoles entró al museo madrileño con los muñecos escondidos en distintas mochilas, luego los instaló en la representación del Despacho Oval --que ya existía--, y después de tomar unas fotos, desmontó la muestra y dejó todo como estaba. Un video publicado en sus redes sociales enseña esa intervención desde que ingresan hasta que se van.

En detalle, la figura de Milei como perro faldero de Trump se completa con una montaña de caca en la parte posterior y un muñequito de un perro mastín (Conan) entre las patitas.

En su cuenta de Instagram, donde compartió las imágenes finales, escribió: "El artista visual chileno Nico Miranda critica la decadencia política occidental y se burla de las nuevas derechas, con esculturas de Netanyahu, Milei, Abascal, Ayuso y Martínez-Almeida, quienes a modo de séquito, fueron ubicadas bajo la figura de Donald Trump. La acción denuncia la pasividad frente al genocidio en Gaza".

"A mí me interesa el lenguaje, y, siendo sincero, tocar las pelotas", expresó Miranda, que también precisó que el objetivo era "poner a estos personajes de la derecha desde una mirada bizarra cinematográfica, que en el fondo se remite a la cuestión de sociedad del espectáculo". En cuanto a esta obra de arte en Madrid, el Museo de Cera confirmó que no estuvo involucrado.

El artista se había dado a conocer en esa ciudad en 2023 cuando colocó una escultura del rey emérito Juan Carlos disparando con un rifle a la mítica escultura del Oso y el Madroño de la Puerta del Sol de Madrid. También pasó por Buenos Aires ese mismo año con intervenciones callejeras, como la instalación de las esculturas de "Juanito Laguna" (el icónico personaje de Antonio Berni), o de un policía haciéndose una selfie, o de una mujer, en distintos rincones particulares de la ciudad: el banco de Mafalda en el Paseo de la historieta de San Telmo, en la Ex ESMA, la Facultad de Derecho, con los manteros de Once, en la Casa Rosada, y otros.

Obra "Gente en su sitio, o tentativas de una noble igualdad"  en Buenos Aires de Nicolás Miranda. (Imagen: redes sociales)

El arte político puede que sea una de las manifestaciones más impactantes de los últimos tiempos. Cuando el contenido simbólico está encapsulado en una pieza estética provocadora y se empieza a viralizar por fotos y videos casuales, el mensaje del artista es todo un éxito. Banksy, el misterioso artista británico que pinta murales con fuertes críticas sociales y políticas en rincones urbanos, es un ejemplo vigente de este movimiento.

El niño: la obra de un artista local que se hizo viral

El argentino Sebastián Andreatta, más conocido como Bih_Art, se hizo viral reciente por su obra "El niño", que generó un fuerte impacto en la comunidad porteña.

Se trata de una escultura callejera instalada en una esquina de Palermo que representa a un niño encapuchado, arrinconado contra la pared, sin rostro visible. Muchas personas se acercaron a la escultura pensaron que se trataba de un chico real: por miedo, curiosidad, compasión o solidaridad, intentaron ver de qué se trataba.

En las redes y los medios se hicieron virales las reacciones al advertir que se trataba de una representación y las reflexiones finales de todo lo que habían experimentado y reflexionado con la obra. ¿Quién es este niño? ¿Qué hace ahí? ¿Está solo? ¿Está en penitencia? ¿Está triste? ¿Está perdido?

La obra, que todavía puede advertirse sobre Fitz Roy 1959, fue pensada desde un principio para interpelar y para representar la vulnerabilidad, la marginalidad, la niñez abandonada. Hoy, ese niño sin rostro se convirtió en la cara visible de una causa urgente.