Vergüenza en onu

La Argentina de Milei, al margen del margen del mundo

El voto minoritario en la ONU contra la paz y el reconocimiento de Israel y Palestina como estados. Argentina volvió a alinearse con EE. UU. e Israel, pero esta vez quedó en absoluta minoría. Hablan de "un voto en contra nuestro", porque sienta jurisprudencia en el reclamo soberano por Malvinas.

La decisión históricamente mayoritaria que logró la Asamblea General de la ONU por la "solución de los dos Estados, Israel y Palestina" -al mismo tiempo que contra Hamas- tuvo la excepción de los países que esta vez quedaron, más que nunca expuestos, al margen del margen del reclamo del mundo: Estados Unidos -en la exacerbación imperialista de un Donald Trump que juega su propio juego- e Israel -con un Netanyahu que también se juega su futuro personal y acelera su plan de exterminio-. Y junto a pequeñas islas del Pacífico y al voto disonante de la Hungría del ultra derechista Viktor Orbán y el Paraguay de Santiago Peña, la Argentina como la única otra nación que rechaza una votación histórica, no vinculante pero con peso propio en este momento de la ocupación de Gaza.

El documento que se aprobó reuniendo por primera vez el voto a favor 142 estados prioriza además la entrega con vida de los rehenes israelíes que Hamas aún mantiene secuestrados. De modo que su rechazo implica de por sí desentenderse de la suerte de estas vidas. Voces diplomáticas y especialistas marcan el modo en que esta decisión argentina no sólo va en contra de la postura tradicional del país: también sienta antecedente y afecta directamente al reclamo de soberanía por Malvinas, en tanto admite la ocupación de un territorio por parte de una potencia extranjera.

La Asamblea General de la ONU aprobó este viernes la llamada “Declaración de Nueva York”, un documento que prioriza la solución de dos Estados para Israel y Palestina, y que excluye de manera explícita a Hamas. El texto, redactado por Francia y Arabia, obtuvo 142 votos a favor, incluidas potencias como Reino Unido, Francia, Canadá, Australia, Alemania y Holanda, que cambiaron la posición que venían sosteniendo y pasaron a declararse decididas a reconocer al Estado de Palestina como tal. Solo diez países se opusieron - en este número cuentan islitas como Micronesia, Tonga, Nauru, Palaos y Papúa Nueva Guinea- y otros doce se abstuvieron.

La declaración condena de manera muy concretra el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023 —que desencadenó el ataque israelí a Gaza— y exige la liberación inmediata de los rehenes aún retenidos: “Hamas debe cesar el ejercicio de su autoridad sobre la Franja de Gaza y entregar sus armas a la Autoridad Palestina, con el apoyo y la cooperación de la comunidad internacional”, advierte el texto.

El documento es, en los hechos, la previa para la cumbre de la ONU del 22 de septiembre en Nueva York, copresidida por Francia y Arabia Saudita. Emmanuel Macron prometió reconocer formalmente allí al Estado palestino. “Juntos estamos sentando las bases de un camino irreversible hacia la paz en Medio Oriente. Dos pueblos, dos Estados: Israel y Palestina, viviendo uno junto al otro en paz y seguridad. ¡De nosotros depende implementarlo!”, celebró el presidente francés en su cuenta de X.

Nada de esto es compartido ni por Israel -claro está-, que calificó de "vergonzosa" a la votación, ni por Estados Unidos, que habló de  “otra maniobra publicitaria errónea e inoportuna”. Ni por el gobierno argentino, que extrañamente, luego de quedar bajo la lupa internacional por votar en contra de la resolución de la ONU, emitió un comunicado en el que condena el accionar de una empresa petrolera israelí en Malvinas.

Diplomacia por la borda

"Es un voto en contra del derecho internacional, en contra del derecho de los palestinos a un Estado, en contra de la solución pacífica de la controversia. Y es esencialmente un voto en contra de la Argentina", lo define el excanciller Jorge Taiana. "Argentina tiene afectada su integridad territorial en tanto una parte de su territorio está ocupado por una potencia extranjera. Y hoy estamos borrando con el codo la defensa que costó mucho, y costó sangre, por la soberanía de nuestras Islas Malvinas", advierte.

"Con este voto estamos deshaciendo décadas de trabajo diplomático y de perserverancia para lograr una mayoría de las Naciones Unidas que apoye el reclamo argentino sobre la necesidad de la solución pacífica de conflicto de soberania que existe en las Islas Malvinas. Ahora tiramos todo por la borda, con una irresponsabilidad propia de un gobierno que merece ser juzgado por traición a la Patria", reclama.

La exembajadora argentina ante la ONU María Cristina Perceval también critica duramente "la contundente y repudiable ruptura con la tradición diplomática argentina que expresa este voto ante Naciones Unidas", y observa que "Argentina queda en una situación marginal y marginalizada de la expresiva y representativa voluntad, absolutamente mayoritaria, de la comunidad internacional de avanzar, una vez más, pero ahora con decisión y ante la extrema gravedad del momento".

"Este voto es un episodio vergonzante de la posición de dependencia servil ante Estados Unidos y sus aliados del gobierno, cuando Argentina ha tenido una tradición clara de no alineamiento activo. Es sumamente vergonzante que en esta situación de sumisión manifiesta", alerta Perceval. Recuerda que su primer voto como embajadora en la ONU -durante el segundo gobierno de Cristina Kirchner- fue justamente a favor de otorgar a Palestina el estatus de "Estado observador". "Ahora la comunidad internacional ha dado un paso más, urgente y necesario. Dirán que es no vinculante, pero es la expresión de un compromiso activo de la mayoría absoluta de los Estados, una vinculación ética y geopolítica a favor de la paz muy poderosa", lo define la exsenadora.

Juan Tokatlian, una de las voces académicas más reconocidas en el ámbito de las relaciones internacionales, marca que esa posición histórica argentina sobre los dos Estados y el compromiso con la paz entre israelíes y palestinos ha atravesado incluso gobiernos de signos políticos muy diferentes, como fueron los de los Kirchner y el de Mauricio Macri: En 2010 la Argentina dio el recordado y decisivo paso de reconocer a Palestina explícitamente como Estado libre e independiente -con Héctor Timerman como canciller. Y en 2018, bajo el macrismo, el representante argentino ante la ONU también fue claro sobre la necesidad de "un esfuerzo colectivo para trabajar en una solución de dos Estados", recapitula. En ese repaso es que advierte la dimensión del cambio que hoy volvió a explicitar en la ONU, en total minoría, el gobierno de Milei. 

Como para que no queden dudas de la amplitud del reclamo, Tokaltian recuerda las palabras del representante argentino ante la ONU en el macrismo, Martín García Moritán:  "La identidad de mi país ha sido forjada en la interacción entre comunidades de diferentes orígenes, etnias y religiones, donde cristianos, judíos y musulmanes conviven en armonía (...) Un músico de origen argentino-israelí, también palestino por adopción, el maestro Daniel Barenboim, fundó en 1999 la Orquesta del Diván Este-Oeste para promover el diálogo intercultural a través de la música. En febrero de este año, el secretario general designó a la orquesta como Defensora Mundial de las Naciones Unidas para el entendimiento cultural, en reconocimiento a su contribución para romper barreras y construir puentes entre comunidades. La orquesta es un testimonio de que el diálogo entre comunidades y culturas diferentes es posible y necesario. Sabiendo que nada es sencillo y que nada ocurre de la noche a la mañana, la Argentina desea instar una vez más a palestinos e israelíes a reanudar las conversaciones de paz, actuando de buena fe, con flexibilidad y de conformidad con el derecho internacional, en la búsqueda de un acuerdo sobre las cuestiones pendientes relativas al estatuto definitivo de Palestina en todos sus aspectos".