campo
La Argentina reactiva las exportaciones de productos avícolas luego de superar un brote de influenza en PBA
El Senasa anunció que el país recuperó el estatus libre de la enfermedad. Las tareas de vigilancia epidemiológica continúan en todo el territorio nacional.
La Argentina reactivó las exportaciones de productos avícolas que se habían suspendido luego que el Senasa detectara un caso de influenza aviar en aves de corral a finales de agosto. Tras más de 28 días sin nuevos reportes sanitarios en la provincia de Buenos Aires, el organismo sanitario se autodeclaró libre de la enfermedad.
Así, el organismo remitió el informe a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). El resultado positivo a IAAP H5 había sido detectado en un establecimiento de gallinas ponedoras ubicado en Los Toldos, provincia de Buenos Aires.
“Concluidas las tareas de sacrificio, enterramiento, limpieza y desinfección en la zona afectada, y transcurridos más de 28 días sin nuevos reportes sanitarios, el organismo nacional formalizó la presentación internacional, lo que permitirá retomar el comercio de mercancías aviares con distintos socios”, informó el Senasa.
Las autoridades aclararon que las tareas de vigilancia epidemiológica continúan en todo el territorio nacional. Y recordó a responsables de granjas comerciales y a tenedores de aves de traspatio la obligación de notificar de manera inmediata cualquier sospecha de influenza aviar.
“Una detección temprana resulta clave para contener la enfermedad y evitar su propagación”, señalaron.
Qué es la influenza aviar
La influenza aviar (IA) tipo A es una enfermedad altamente infecciosa, producida por un virus de la familia Orthomyxoviridae que afecta principalmente a las aves domésticas y silvestres. También pueden contraerlo las personas, equinos, porcinos y caninos.
La influenza aviar puede clasificarse en dos categorías, según la gravedad de la enfermedad:
Influenza aviar de baja patogenicidad (IABP): causa leves o ningún signo clínico;
Influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP): puede causar signos clínicos graves y, potencialmente, altos índices de mortalidad (hasta un 90 o 100% de las aves de un lote).