economía
La baja de la tasa de interés del BCRA llevó a los inversores a evaluar si siguen apostando al peso
Desde que comenzó la llamada fase 2 del programa económico, la estabilidad cambiaria impulsó el llamado “carry trade”. De qué se trata, cuáles son sus riesgos y su efecto en la economía.
La baja en la tasa de interés de referencia, que aplicó el Banco Central desde el viernes, sorprendió a distintos referentes del mercado. Principalmente, porque es el primer recorte que se realizó en casi seis meses y además, porque esto llevó a los inversores a repensar cuáles son las decisiones más convenientes en materia financiera.
Desde que comenzó la llamada fase 2 del programa económico, la estabilidad cambiaria impulsó el llamado “carry trade” o la operación a partir de la cual se desarman tenencias en dólares y se invierte en instrumentos en pesos con una tasa de interés mayor a la variación de los tipos de cambio, lo cual permite obtener altas ganancias en dólares.
El interés por el “carry trade” comenzó a acelerarse en julio, cuando el Banco Central empezó a intervenir sobre el mercado de los financieros, sumado a la mayor oferta de dólares por el blanqueo, por lo que las cotizaciones comenzaron a bajar, a la vez que el tipo de cambio oficial mantuvo su ritmo de devaluación en 2%, por debajo de los índices de inflación.
“Casi todas las alternativas en pesos son atractivas en general para hacer carry trade. Pero en el último tiempo las Lecap se destacaron. En octubre, estos instrumentos permitieron ganar 8% en pesos y casi 16% en moneda dura”, puntualizó Nery Persichini, head of research & strategy de GMA Capital.
Sin embargo, después de que el Banco Central bajara del 40% al 35% la tasa de interés -que equivale a una tasa efectiva mensual del 2,9% y suele funcionar como referencia para el rendimiento de los plazos fijos y otros instrumentos en moneda local-, empezaron a surgir dudas sobre el sostenimiento de esta operación, ya que si se mantiene el ritmo de devaluación en torno al 2% mensual, los rendimientos frente al dólar oficial se reducen.
“Si las tasas de interés empiezan a bajar y se acercan al ritmo de devaluación, la diferencia es cada vez más corta, entonces el apetito por ese instrumento baja. Con la decisión del BCRA queda más ajustada la relación, en tanto y en cuanto no baje el ritmo de devaluación”, analizó Martín Polo, jefe de estrategia de Cohen.
“El recorte de la tasa de interés podría darle algo de impulso al dólar, pero no parece ser un riesgo evidente. Después de una merma del CCL de casi 7% en octubre, el Gobierno tiene margen para calibrar la tasa nominal a un contexto en el que la inflación apunta a perforar el 3% mensual”, expresó Persichini.
“Nos mantenemos relativamente optimistas respecto a las estrategias de carry trade -sin cisnes negros de por medio- siempre y cuando la cuenta financiera (alentada por el blanqueo) compense el deterioro de la cuenta corriente y el BCRA conserve el poder de fuego para intervenir la brecha cambiaria”, sumó Pedro Siaba Serrate, Head of Research & Strategy de PPI.
Cuáles son los riesgos del carry trade y sus efectos en la economía
Más allá de si seguirá siendo conveniente realizar este tipo de operaciones, una de las principales inquietudes que suele aparecer entre los inversores tiene que ver con el riesgo de este mecanismo. En primer lugar, los especialistas advirtieron que el carry trade es una táctica especulativa, generalmente destinada a inversores con perfil agresivo y que está expuesta a un alto nivel de volatilidad porque depende de que se mantenga la calma en el frente cambiario.
“Al igual que ocurre con la estrategia desinflacionaria, la estabilidad del tipo de cambio oficial y paralelo es fundamental para la continuidad del proceso”, marcaron en la consultora CP. “El riesgo es que tu tasa de devaluación por algún momento desbarranque, ya sea porque tuviste una mala cosecha o hay volatilidad en los mercados globales y soltaste el tipo de cambio, subió y vos te endeudaste en dólares y tu instrumento en pesos no te acompañó”, sumó Polo.
Y si bien los analistas coincidieron en que hay pocas probabilidades de que haya un salto abrupto en el esquema cambiario, existen algunos factores que todavía generan preocupación: “La salida del cepo implicaría no solo interrumpir la estabilidad cambiaria, sino también un muy probable traspié para la deuda en pesos y la dinámica de las tasas de interés. Por otra parte, aunque el blanqueo de capitales tendió a disipar en el corto plazo la incertidumbre cambiaria, el escenario de cara a 2025 se encuentra lejos de estar resuelto”, mencionó CP.
Por otro lado, los especialistas también hicieron referencia a los posibles efectos que puede generar esta estrategia sobre la economía. En primer lugar, consideraron que alimenta la oferta de dólares y contribuye a mantener la tranquilidad cambiaria, pero se trata de un capital que suele sostenerse solo en el corto plazo.
“Lo positivo es que seguís estabilizando el mercado cambiario porque el BCRA compra y no está en la necesidad de recuperar reservas porque entran capitales. La contrapartida es que mantenés un tipo de cambio un poco artificial por la diferencia de la tasa en pesos y la tasa en dólares en un contexto de cepo. En caso de que sigas alimentando el carry, te va atrasando el tipo de cambio porque van entrando capitales no para inversiones de largo plazo, sino para aprovechar la ventaja”, explicó Polo.