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La exigencia del principal fondo de inversión del mundo: "Dejen flotar su moneda"

El "pedido encarecido" llegó minutos antes de la reunión que mantuvo Milei con inversores en Nueva York.

El mensaje llegó con claridad quirúrgica. “Dejen flotar su moneda”. La recomendación, o más bien advertencia, salió de la boca de Pramol Dhawan, director de gestión de carteras de mercados emergentes de Pimco, el mayor fondo de inversión del mundo, justo antes de ingresar a la reunión que mantuvo Javier Milei con inversores en Nueva York.

“Recomiendo dejar flotar el peso si quieren romper el ciclo de auge y caída. Los inversores extranjeros no invertiremos en activos locales a estos niveles de tipo de cambio. Punto final”, declaró Dhawan ante la prensa. La frase, seca y sin matices, fue leída como una exigencia: sin flotación cambiaria no habrá nuevos dólares privados para la Argentina.

El comentario retumbó entre los inversores de la city porteña, que vivieron un frenesí de compra de activos bursátiles en las últimas dos semanas, pero a medida que pasan los días empiezan a mirar los bonos y acciones cada vez con más más cautela.

En el mercado local, la frase de Pimco se interpretó como una advertencia directa al equipo económico, que insiste en mantener el esquema de bandas cambiarias como un instrumento para intentar anclar la inflación.

Los grandes fondos del mundo financiero no parecen contentos con el esquema de bandas cambiarias que prentende sostener el gobierno. El diagnóstico de Pimco coincide con el de otros jugadores globales: el país necesita un esquema más transparente y libre, incluso a costa de un ajuste inicial, aseguran.

En la City interpretan que el reclamo se suma a la serie de señales que distintos actores de Wall Street vienen enviando en las últimas semanas. El jueves, Jamie Dimon, CEO de JP Morgan, también enfrió la posibilidad de un préstamo conjunto con bancos privados. “Quizá no sea necesario emitir deuda”, dijo, y con esa frase bajó la expectativa de un financiamiento fresco tras el viaje presidencial.

El viaje a Estados Unidos

En medio de este clima, Javier Milei llevó adelante su gira por Estados Unidos, que combinó gestos políticos, reuniones empresariales y una nueva apuesta por seducir capitales. Tras su paso por Miami, el Presidente encabezó en Nueva York un desayuno de trabajo en el Council of the Americas.

Durante más de una hora, Milei expuso ante un auditorio integrado por directivos de Morgan Stanley, Pepsico, Pfizer, Merck, Cisco, Salesforce, FedEx, Newmont Corporation y Continental Grain, entre otros. Prometió continuidad institucional, consolidación fiscal y una agenda de reformas “para los próximos seis años”.

Milei aseguró que el resultado electoral de octubre le otorga margen para “resistir el embate del peronismo” y prometió un horizonte de reformas con una duración mínima de seis años. El discurso fue recibido con atención, aunque los ejecutivos repitieron la misma inquietud: la falta de definiciones sobre el régimen cambiario.

El mandatario abordó cuestiones sensibles para Washington, como las patentes farmacéuticas. Allí reafirmó que “la propiedad intelectual es un derecho de propiedad”, en un guiño a los laboratorios norteamericanos. Al cierre, Susan Segal, presidenta del Council, calificó el encuentro como “constructivo” y destacó la “determinación del gobierno argentino en avanzar con las reformas”.

Inversiones y tipo de cambio

Pese al despliegue diplomático, los resultados concretos de la gira volvieron a exhibir una constante: los dólares que ingresan siguen siendo de origen financiero, no productivo. En los últimos meses, las principales fuentes de divisas provinieron del Fondo Monetario Internacional y del swap de monedas con el Tesoro de Estados Unidos, además de algunos préstamos multilaterales y operaciones de recompra de deuda.

En el Gobierno celebran esos flujos como una muestra de confianza externa, pero los inversores empiezan a pensar cada vez más que no es suficiente. Las inversiones directas, que suponen radicación de empresas, generación de empleo y transferencia tecnológica, todavía no aparecen en el horizonte.

Con esto, el mensaje de Pimco resume un dilema central para el plan económico. Sin un tipo de cambio libre y previsible, difícilmente llegarán los dólares que no se deben. Y, al mismo tiempo, sin dólares nuevos, el esquema de bandas que el Gobierno se empeña en sostener empieza a perder su razón de ser.