Entrevista
“La gestión de Macri y Vidal habló de dinamitar el Astillero”
Así lo indicó Pedro Wasiejko, presidente de Astillero Río Santiago. En diálogo con diario Hoy, explicó cómo se está trabajando para reactivar esa industria.
El Astillero Río Santiago volvió a realizar una embarcación para la Armada Argentina tras 35 años, y luego de 9 pudo volver a botar en el agua del Río de la Plata el fruto de la labor de sus trabajadores.
No se escuchan en sus gradas las críticas de quienes dicen que la lancha no estaba terminada, sin tener en cuenta que el trabajo se culmina en muelle. Solo resuenan los golpes sobre el metal y la alegría de saber que todo comenzó a funcionar nuevamente.
Para poder entender cómo algo condenado a la muerte puede resucitar y ser la fuente de trabajo de muchos obreros altamente especializados, el presidente del Astillero, Pedro Wasiejko, conversó con diario Hoy y explicó los planes de esta empresa que es orgullo de la Provincia.
—¿Cómo evalúa la primera botadura tras nueve años?
—La botadura de la semana pasada es un punto de inflexión debido a la inactividad que el Astillero tuvo durante el gobierno de Cambiemos y el derrape de la política de Menem y Cavallo, el impulso de las políticas neoliberales, que llegó a destruir todo lo que es la industria naval y los clientes que necesitaban proveerse de ella como ELMA (Empresa Líneas Marítimas del Estado, desmantelada por Menem en el marco de la ley de Reforma del Estado), YPF y los organismos nacionales como Dragado y Balizamiento. Era toda una situación que iba directamente a la inanición, y en la gestión de Macri y Vidal eso se profundizó, al punto de que inclusive hablaron de dinamitar el Astillero. Pero lo más significativo de todo es que el Astillero va a continuar dando resultados y salir de esta situación de arrastre, más los cuatro años de gobierno de Macri y Vidal.
—¿Cuáles son las expectativas en el corto plazo para el Astillero?
—Nosotros nos estamos preparando para en diciembre hacer la botadura de la otra lancha y después se continuarán con los trabajos de alistamiento para entregarla en marzo. Por supuesto, cuando hagamos el alistamiento en diciembre, seguro van a decir que le falta algo y algo le va a faltar, pero va a estar cumplido el objetivo de enviar el buque al agua y obviamente se terminarán los trabajos en muelle y se entregará en marzo, como corresponde. Vamos a estar tomando iniciativas para ver también si podemos hacer todo lo necesario para equipar al Azurduy para botarlo. Por supuesto no va a estar completo, porque necesitamos la grada libre para tomar trabajos de la Armada, que los necesitan y los esperan. Esta lancha (por la botada el lunes) es la primera en 35 años, o sea que están con una necesidad de equipo muy grande. Lo mismo pasa con la Prefectura, que vieron el resultado con la LICA (Lancha de Instrucción de Cadetes de la Armada) y se entusiasmaron. Necesitan cambiar las lanchas de Patrullaje Costero, que están todas obsoletas porque tienen más de 40 años.
O sea que hay un gran potencial acá, y un poco el lunes se pudo transmitir ese mensaje de que el Astillero va a empezar a funcionar como una fábrica, como una empresa productiva. Hay que dar ese mensaje, porque no es lo mismo una política que la otra. Ojalá hubiera un compromiso serio entre oposición y oficialismo, sin importar el color, y alguna política estratégica a largo plazo que no se modifique sin importar el gobierno. Pero acá no es así, viene un gobierno de derecha con posiciones radicales, inclusive de mala derecha yo diría, que te desmantelan todo. Las políticas neoliberales del 93 destruyeron a los astilleros privados, y los públicos siguieron de pie porque los defendieron los trabajadores con movilizaciones y manifestaciones, y entonces el Estado terminaba interviniendo, aunque sea para pagar los sueldos. Pero los astilleros privados grandes desaparecieron del país.
—Teniendo en cuenta ese panorama, ¿cómo se prepara el ARS de cara al futuro?
—Estamos haciendo una alianza con Tandanor para trabajar en conjunto. Tenemos que llegar a un nivel de sincronización para aprovechar nuestras capacidades para que los astilleros públicos puedan presentarse a licitaciones internacionales. Esto hoy es utópico, pero trabajando seriamente en algunos años podemos estar hablando de eso. Y con los astilleros privados nos tenemos que complementar. Hay cosas que ellos no pueden hacer y nosotros, que sí podemos hacerlo, podemos complementarlos. Ahí está el trabajo.
—El Astillero tiene además la capacidad de realizar labores por fuera del ámbito naval, ¿se está reactivando esa parte también?
—A la planta metalmecánica, que tiene capacidad para procesar piezas de alto tonelaje, la estamos poniendo en valor haciéndole limpieza y mantenimiento para que esté en condiciones. No queremos esperar que venga el trabajo para después arreglar las máquinas, sino hacerlo primero y estar preparados. Al presidente de YPF ya le planteé una reunión de trabajo para ver qué podemos traer. No hay nada concreto, pero hay un potencial enorme en el trabajo con las petroleras, con los sectores que necesitan piezas de alto tonelaje, a los que podés ofrecerles un servicio que nadie te da en el país.
—Entonces están reactivando un astillero multitareas
—Se están encarando varias líneas de proyectos, es decir que no apostamos a una sola línea de trabajo, y obviamente con eso algo saldrá. Estamos fortaleciendo el taller metalmecánico, como proveedor de la industria minera, el sector petroquímico y de molinos eólicos, y todas las necesidades que tengan esas industrias en general. Para ello la relación con YPF es clave.
Después, con la parte naval, apuntamos a los trabajos para la Marina, para Prefectura, tenemos algo del Instituto Nacional de Investigación y Pesca para desarrollar mucho más adelante, y aún debemos culminar los compromisos que tenemos con Venezuela y ojalá podamos agarrar alguno más.