Las contradicciones entre la economía real y las políticas energéticas

Al cabo de las audiencias públicas, que determinaron un nuevo aumento de los servicios esenciales en el país, Julio De Vido y Roberto Baratta analizaron la situación económica del país y la relación del consumo energético. "Las palabras por un lado, la economía por otro", es la nueva editorial que publicaron en Identidad Colectiva.

Además, los escritores destacaron la quita de subsidios a las empresas solamente generan mayor rédito a sus finanzas, omitiendo la poca injerencia en la suba de precios. "Ni el gobierno ni las empresas presentaran el COSTO de la generación de energía eléctrica ni de la producción de gas que deberían ser el punto de partida necesario y fundamental para cualquier discusión".

En este sentido, destacaron que el gobierno no tiene una planificación para la segmentación de los precios, ya que la información utilizada para los nuevos aumentos corresponden a estudios realizados en 2012, durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner.

Por otra parte, retomando los deberes y responsabilidades de las empresas prestadoras de servicio, los escritores reconocieron el amplio beneficio que tienen en la recolección de sus ganancias. "Hoy en día la deuda de Edenor y Edesur con el Estado Nacional supera los 200 mil millones de pesos, también las empresas distribuidoras de gas continúan acumulando deuda con IESA ex ENARSA por el pago del GNL". Ante la situación, concluyeron que "seguramente", al igual que otras veces, estas deudas les serán perdonadas.

Teniendo en cuenta la situación político-económica actual, consideraron que la economía relativa los servicios también forman parte del déficit fiscal, por lo que proponen al igual que en el lapso 2003-2013, retomar la Política de Subsidios.

"Evidentemente y así se demostró en la década ganada, una Política de Subsidio crea un círculo virtuoso en la economía, en la generación de empleo formal e informal y en el consumo. Todo depende para quien se gobierne", sentenciaron De Vido y Baratta.

Por último, argumentaron que las políticas económicas planteadas por el ministerio de Economía y las empresas energéticas, enfatizando en YPF, no van de la mano, sino que claramente son opuestas ante las declaraciones públicas que dan sus titulares. "Las decisiones en política energética seguirán provocando para la mayor parte de nuestro país una mayor pérdida del poder adquisitivo, aumento de precios, desempleo y por supuesto una caída de la actividad económica", concluyeron en su línea editorial.