Libertad para el Pata Medina: “Vuelvo, pero sin sed de venganza”

Un grupo de trabajadores espera en la puerta de la vivienda de Villa del Plata. Adentro hay clima de fiesta. Como si se tratase de un cumpleaños, en el que sobran los motivos para brindar y celebrar.

Tres años y cuatro meses después de haber caído preso, Juan Pablo Pata Medina recibió la libertad por una de las causas que se habían elaborado en contra durante el gobierno de María Eugenia Vidal y Mauricio Macri.

Fabiola, su compañero de toda la vida, recibe al diario Hoy y la Red 92 mostrando un habano: “Ves este, lo tenía reservado especialmente para este momento”.

La mujer y toda la familia sufrieron en carne propia la persecución macrista, en la Provincia de Buenos Aires castigó fuertemente al sector gremial, cargando las tintas en aquellos dirigentes que priorizaron el bienestar los trabajadores y se negaron a sellar acuerdos o paritarias a la baja para congraciarse con el poder de turno.

Medina, entero y con ansiedad para cortar la pulsera electrónica, recibe al periodista de este multimedio y le ofrece una primicia: “filmá, filmá… mirá como se va la pulsera”, reconoce el líder de la Unión de Obreros y Trabajadores de la Construcción de la República Argentina.

¿Cómo ves el futuro?

Lo veo conduciendo nuevamente el gremio. Vuelvo, pero sin sed de revancha. Si volviese con sed de revancha estaría perjudicando a mis compañeros. Entonces, voy a tratar de volver, a sortear algunos impedimentos legales y después hacer las cosas lo mejor posible para los trabajadores que fueron los más perjudicados en los últimos tres años.

 

¿Qué posición tenés tomada con respecto al nuevo sindicado que se formó, el SITRAIC?

Yo no lo llamaría un sindicato. Primero que no tienen personería gremial. Por lo tanto,  todos los empresarios que firmen una obra o decidan contratar a personal que estén con ellos, después no van a poder acceder a nada, porque estarían trabajando con alguien que todavía no está reconocido. Nosotros vamos a seguir siendo la UOCRA y vamos a seguir trabajando por el bien de los obreros.

 

¿Te sentís víctima de las políticas de persecución de Macri?

Por supuesto. Fue lo más parecido a la dictadura militar. Y lo digo con conocimiento de causa, porque yo peino canas y viví la dictadura. A mí me llegaron a poner hasta cámaras ocultas adentro de la celda en el penal de Ezeiza. Es decir que no se conformaban con tenerme preso, sino que me seguían espiando adentro de la celda 15 del penal.

 

¿Quién te avisó que te iban a meter preso?

En una charla que tuve con el compañero Marcelo Balcedo, él me dijo que el gobierno me iba a hacer una cama y me iba a meter preso. Entonces convocamos juntos a todo el frente gremial de La Plata y hubo un compañero que pidió la moción para aprobar la moción de que si el gobierno de Vidal tocaba a un sindicalista, saltábamos todos. Al día siguiente me metieron preso y casi nadie dijo nada. Y a los dos meses le tocó a Balcedo también. El está preso por haberme avisado a mí lo que iba a pasar y por no arreglar como arreglaron otros, las paritarias a la baja con Vidal.