La represión encubierta
Los controles "humillantes" y requisas a militantes de Cristina Kirchner en primera persona
“Todos los micros que han salido de Córdoba rigurosamente han sido interceptados y requisados con distintos niveles de maltrato”, denunció Luis Moyano, una de las víctimas del protocolo intimidatorio de Patricia Bullrich.
Con la excusa de supuestos “controles de rutina”, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich activó un protocolo para intimidar, amedrentar y frenar a los micros que llegan desde el interior del país a Buenos Aires para apoyar a la expresidenta Cristina Kirchner.
En este contexto propio de un país sin garantías constitucionales, decenas de personas son bajadas y obligadas a esperar a la vera de las rutas y autopistas. A varias se les exige que expliquen su destino, son palpadas, mientras los choferes deben exhibir la documentación y los permisos, como nunca antes en ningún control turístico o viaje de rutina.
Luis Moyano fue una de las víctimas de estas requisas y en diálogo con la 750 contó la dramática situación que viven los simpatizantes de la líder del Partido Justicialista: “Todos los micros que han salido de Córdoba rigurosamente han sido interceptados y requisados con distintos niveles de maltrato”, denunció Luis.
“Ingresaron a todos los colectivos, en algunos casos revisaban mochilas, pedían identificaciones, tomaban fotos del colectivo, de los militantes, no imaginamos para qué. Y después, en algunos casos, el maltrato era más humillante, les revisaban los bolsillos, les hacían sacar las zapatillas. Esto remite a la película de Costa-Gavras Estado de Sitio, lo único que los uniformes son de esta época, no de la película”, señaló.
Para el damnificado, “se ha corrido el sentido común”, ya que “la revisión de las pertenencias en algún punto es como si te estuvieran tratando de delincuente por ser un militante de Cristina Kirchner”.
“La idea era esa, demorar atrasar, recordar que están en el Gobierno y tienen poder, pero nosotros seguimos igual”, cerró.