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“Macri es un mafioso que debería estar desfilando por tribunales y no boludeando por el mundo”

Lo aseguró el secretario general adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, víctima de la persecución macrista a sindicalistas, para quien habían preparado una celda cableada en Melchor Romero, que nunca llegó a ocupar.

Pablo Moyano fue uno de los sindicalistas apuntados por el expresidente Mauricio Macri, la exgobernadora María Eugenia Vidal y el procurador bonaerense Julio Conte Grand para servir como ejemplo de lo que sucedería con los defensores de los trabajadores que se opusieran al gobierno de Juntos.

A diferencia de otros de sus pares, él pudo conservar su libertad y no tuvo como destino la celda cableada que para él habían preparado en la cárcel de Melchor Romero y que nunca lo recibió.

En medio de las sesiones de la Bicameral de Inteligencia, donde semana a semana se va desentramando el accionar del macrismo contra los titulares de los gremios, Moyano se hizo de un tiempo para atender a este multimedio en su despacho de la CGT, en la calle Azopardo, y contar cómo vive todo este momento.

—¿Por qué los odia Macri?

—El tipo estaba convencido de que hablando con parte de la CGT o con Hugo iba a poder llevar adelante la reforma laboral y venir a sacarles todos los derechos a los laburantes, nos opusimos y, bueno, ahí empezó todo un armado de causas.

—¿Le dio tranquilidad que saliera a la luz el video de la “Gestapo”?

—Gracias a Dios empezó a salir lo que noso­tros denunciamos en ese momento, con esto de la “Gestapo”, con la persecución y el apriete de los jueces. Lo han denunciado los jueces, tanto Carzoglio como Vitale, que habían ido dos tipos de la AFI para “sugerirles” que Macri estaba obsesionado con mi detención.

—¿Qué cree que buscan en el Consejo de la Magistratura?

—Estoy convencido de que con esto de la Magistratura quieren llevar a limitar el derecho a huelga, te van a sacar la indemnización, que ya lo han dicho, y van a venir por los derechos de los trabajadores. Ir en cana sería lo mínimo, el tema es la gente, que va a quedar desprotegida.

—¿Por qué ese ensañamiento con los gremios?

—Encarcelarnos era básicamente para dar un ejemplo, una muestra de autoridad. En ese momento se empezaba a conversar por el préstamo del Fondo y los tipos querían dar una muestra de autoridad a sus mandantes, que era el Fondo Monetario.

Siempre está el objetivo ese de eliminar a nuestra organización, por ser la que más pelea, la más combativa, por lo que sea, pero el objetivo es Moyano, hace más de 30 años que es Moyano.

En la provincia de Buenos Aires está el mayor delincuente, Julio Conte Grand, que maneja a todos los fiscales. Él no pudo con Carzoglio y fue a buscar a los distintos jueces y nadie quería firmar la detención porque era una vergüenza. Encontraron a este payaso de Scalera que siguió con la causa, hubo un sobreseimiento de la jueza Brenda Madrid, ya sabíamos que iba a ir a Casación, donde son todos gorilas, y los tres votaron que se abra nuevamente la causa.

—¿Quiénes son los que los persiguen?

—Son tres patas: la mediática, que son Clarín y La Nación; la política, Bullrich, Daletto y Macri, por supuesto; y la judicial, con este impresentable de Conte Grand. Y quedó demostrado a través de los videos de la “Gestapo” que el tipo presionaba.

—¿Qué sintió al ver el video?

—Un asco tremendo, impotencia, porque era lo que veníamos denunciando hace tres años y nadie nos daba bolilla. Se vio la injusticia que se cometió con algunos compañeros y la que se iba a cometer con nosotros.

—¿Los Moyano son una obsesión para la derecha neoliberal?

—Había una obsesión con Hugo y después conmigo, por haber mantenido una línea de conducta durante toda su carrera. Porque nunca se calló, porque siempre defendió a los laburantes, por ser negro, qué sé yo. Habría que preguntarle por qué esa obsesión que tiene la derecha, los poderes gobernantes, el ensañamiento que tienen con nuestra ­organización gremial.

No nos pudieron doblegar, hubo más de 30 allanamientos en nuestro gremio, en la mutual, en la obra social, en el club Independiente y nunca podían encontrar nada.

El ataque constante y las cosas que dicen hoy del Presidente son una barbaridad, es una falta de respeto hacia la investidura presidencial. Creo que están haciendo todo un plan de desgaste permanente, acompañado por estos grandes medios de comunicación. Están poniéndole el palo todos los días ante cada medida del Gobierno, siempre atacando este modelo. Y más allá de que hemos cometido un montón de errores, no hubo ajustes, no hubo reforma laboral, no hubo reforma provisional, y eso el laburante lo valora, más allá de la bronca por la inflación o por el aumento de precios, pero creo que este es el camino que tenemos que seguir.

—¿Cómo se siente cada vez que autorizan a Macri a salir del país?

—Yo soy vicepresidente de la ITF, de la Federación Internacional del Transporte, la más importante con 20 millones de afiliados en todo el mundo, y hoy tenía que estar en Londres y no quise ir por los quilombos que hay en el país, aunque tenía justificación. Esa es la impunidad que tiene. Nos dejó el país

destruido dando clases de liderazgos y está pelotudeando jugando a las cartas. Y encima es tan imbécil que perdió, creo que no llegó ni al final. Esa es la impunidad que tienen ellos.

—¿Tiene miedo de que en 2023 pueda de nuevo estar al borde de entrar al Melchor Romero?

—Que hagan lo que tengan que hacer. Noso­tros también sabemos qué es lo que vamos a hacer. Y por estos días se está organizando una gran marcha para defender la Justicia. Primero que ganen. Nosotros vamos a militar, vamos a hacer todo lo posible para que no se repita lo de hace cuatro años. Y si ganan, saldremos a defender a los trabajadores. Y si sacan una ley, que seguro que va a ser la reforma laboral, estaremos en la calle como hemos estado siempre. Esa es la tarea y la misión por la que fuimos elegidos.

—¿Macri es un mafioso?

—¿Qué pasó cuando traficó los autos de Brasil? ¿Qué pasó con el Correo Argentino? ¿Qué pasó con los 50.000 palos del Fondo Monetario? Es un mafioso que tendría que estar desfilando por los tribunales y no boludeando por el mundo.