EMERGENCIA ENERGÉTICA

Milei extiende la emergencia energética hasta julio de 2025 para afrontar la crisis estructural

Mediante un decreto oficial, el Gobierno Nacional prorrogó la emergencia en el sector energético, buscando asegurar la sostenibilidad y continuidad de los servicios básicos en un contexto crítico.

El presidente Javier Milei, a través del Decreto 1023/2024, amplió hasta el 9 de julio de 2025 la emergencia energética en las áreas de generación, transporte y distribución de energía eléctrica y gas natural.

Según el texto oficial, esta medida es fundamental para garantizar la continuidad de los servicios públicos en un contexto de crisis estructural y para implementar un plan integral que permita alcanzar resultados satisfactorios en el sector.

El decreto dispone que la Secretaría de Energía deberá mantener los ingresos reales y garantizar las inversiones necesarias para que los servicios se presten en condiciones adecuadas. Esto incluye posponer hasta mediados de 2025 la entrada en vigor de los nuevos cuadros tarifarios y aplicar mecanismos que consideren la inflación futura en lugar de la pasada.

Asimismo, se prevé la participación ciudadana mediante audiencias públicas durante el proceso de adecuación tarifaria. La normativa también destaca que las recomposiciones transitorias no han logrado impulsar las inversiones de gran envergadura necesarias para la infraestructura del sector.

La norma invita a las provincias a coordinar con la Secretaría de Energía para reforzar los servicios eléctricos bajo sus jurisdicciones. Además, se mantendrá la intervención en el ENRE y ENARGAS, y se iniciará el proceso para designar nuevos directores en estos organismos.

El Gobierno mencionó el "Plan de Contingencia y Previsión para meses críticos del período 2024/2026", que apunta a mitigar las dificultades de abastecimiento en días de alta demanda. Este plan, administrado por CAMMESA, prevé importaciones de energía y colaboración con países vecinos para cubrir picos de consumo.

La extensión de la emergencia busca sentar las bases para un sistema energético más estable, aunque los desafíos estructurales persisten.