Las contradicciones
Milei y China: del "no hago negocios con comunistas" al nuevo "socio interesante"
En campaña y al principio de su mandato el libertario se jactaba de sus críticas a Pekín y aseguraba que solo impulsaría "transacciones con el lado civilizado de la vida, que es Occidente".
Después de haber descalificado durante años a China y de haber jurado y perjurado que “no haría negocios” con ese país por tratarse de un Estado comunista, el presidente Javier Milei calificó de “socio interesante” al gigante asiático y confirmó que viajará a Pekin el año próximo.
“Me sorprendí muy gratamente con China”, reconoció el jefe de Estado durante una entrevista televisiva grabada hace una semana pero publicada ayer, durante la cual se esforzó por elogiar a la segunda potencia mundial y alejarse de su prédica macartista.
Cuando era un mero candidato a presidente, Milei había repudiado en más de una oportunidad al gobierno chino. “Nosotros no hacemos pactos con comunistas”, dijo durante una charla publicada a mediados del año pasado por un medio internacional.
El gran problema de siempre para Milei fue que China tiene un partido del gobierno comunista. “Yo no promovería la relación con comunistas. Ni con Cuba ni con Venezuela ni con Corea del Norte ni con Nicaragua ni con China”. enfatizó esa vez.
Sin muchas variantes, en otra charla emitida por televisión hace exactamente un año, el entonces candidato juró que él “no haría negocios con China” porque él sólo hace “transacciones con el lado civilizado de la vida, que es Occidente”.
“Yo no vendo mi moral, yo no negocio con comunistas”, recalcó e insistió que su postura se mantendrá en esa dirección aunque China se trate de la segunda potencia mundial: “No me importa. Yo no negocio mi moral a cambio de dinero”, cerró.
Milei y sus amigos chinos
Sin embargo, esta vez Milei retrocedió en chancletas. Todavía satisfecho y agradecido por el swap chino para postergar un pago de 5 mil millones de dólares a pesar de la escasez de dividas en el país, dejó clara dejar clara su nueva postura totalmente alejada de su tradicional prédica anticomunista.
Es más, al justificar que “me sorprendí gratamente con China”, recordó aquel respaldo de monedas. “Tuvimos una reunión con el embajador y al otro día nos destrabaron el swap”, dijo con cara de sorpresa e intentó añadir un condimento de ingenuidad:
“China es un socio comercial muy interesante porque ellos no exigen nada. Lo único que piden es que no los molesten”, definió.
El pedido de Susana Giménez
Las notables definiciones de Milei fueron hechas durante una conversación grabada con la conductora de TV y abierta partidaria del gobierno de La Libertad Avanza (LLA), Susana Giménez, quien aparentemente embelesada con las bondades chinas le pidió al jefe de Estado que cuando viaje hasta allí “nos manden esos taxis aéreos que acaban de estrenar”.
A lo que se refirió la exvedette y exactriz fue a los drones diseñados para el transporte de pesajeros que fueron lanzados en junio de este año, aunque por ahora sin el otorgamiento de rutas aéreas donde conducir. Milei no tardó en responder:
-Bueno, mire, voy a viajar a China para la reunión de la Celac en enero. Si usted me dice qué es lo que quiere, yo voy y se lo pido.
-Sí, traiga un taxi con un dron; (los chinos) tienen cosas que son impresionantes.
-Bueno, se los voy a pedir. Total, si voy de mangueo, mangueo más –cerró el presidente con elocuente claridad sobre el rol que ocupará frente al gobierno que había denostado por comunista.
El swap
Ya en junio pasado, cuando el Ministerio de Economía cerró el swap al que China se había comprometido con la anterior administración peronista, el Gobierno cambió tuvo que cambiar su discurso –ahora se sabe- para “no molestar” a Pekin. La Oficina del Presidente publicó un comunicado oficial en el que agradeció a la república popular por “la confianza depositada en el plan económico” de La Libertad Avanza.
“La renovación del swap es un alivio para el sistema financiero y contribuye al saneamiento del balance del Banco Central”, dijo el texto que finalizó destacando “el vínculo respetuoso entre ambos países” como algo “fundamental para el desarrollo comercial y la prosperidad de ambas naciones”.