Nace Giulia, la hija del «paciente uno» con coronavirus que da esperanza a Italia
Estuvo muy grave en el hospital y su mujer, embarazada de 8 meses, también se infectó. Su sueño se ha hecho realidad En medio de la grave epidemia del coronavirus que ya se ha cobrado mas de 17.000 vidas en Italia, Giulia, la bebé recién nacida del «paciente uno», un habitante del pueblo de Codogno que hace […]
Estuvo muy grave en el hospital y su mujer, embarazada de 8 meses, también se infectó. Su sueño se ha hecho realidad
En medio de la grave epidemia del coronavirus que ya se ha cobrado mas de 17.000 vidas en Italia, Giulia, la bebé recién nacida del «paciente uno», un habitante del pueblo de Codogno que hace poco fue dado de alta, ha venido a traer algo de esperanza.
Mattia, de 38 años y deportista, ingresaba el 20 de febrero en el hospital de Codogno, en la provincia de Lombardía (norte de Italia), con una grave neumonía . Fue el primer caso de coronavirus, el llamado «paciente uno», sin relación con China y que destapó que el virus ya estaba circulando por el país.
El pasado 25 de marzo, después de más de un mes ingresado en grave estado, fue dado de alta finalmente, y ayer su hija Giulia venía al mundo después de que la madre, Valentina, superara también el coronavirus cuando estaba ya en el octavo mes de gestación.
«Qué bella noticia. Ha nacido Giulia, la hija de Mattia y Valentina. Envío mis felicitaciones a la mamá y el papá de Codogno. Y bienvenida Giulia. Te deseamos una vida gloriosa», escribía hoy el presidente de Lombardía, Attilio Fontana, en su Facebook.
El caso de Mattia fue descubierto gracias a la intuición de la doctora Annalisa Malara del hospital de Codogno, quien al ver que el paciente, joven y sano, no mejoraba y cada vez estaba peor, pidió autorización para realizar la prueba del coronavirus, que hasta entonces sólo se había hecho a los italianos evacuados de Wuhan (China) o a dos turistas chinos, que se sintieron mal en Roma.
Nunca se ha establecido cómo pudo contraer el virus Mattia, sin ninguna relación con China y fue entonces cuando Italia empezó a creer que el coronavirus podía estar ya en el país.
Su esposa, embarazada, también dio positivo pero salió del hospital Sacco de Milán recuperada después de algunos días.
El 21 de febrero, pocos días después de ser ingresado en Codogno, Mattia fue trasladado muy grave al hospital San Matteo de Pavía, donde estuvo en tratamiento durante más de un mes con un cóctel experimental de fármacos, antibióticos, antivirales y anti-VIH. Su único deseo era ver a su hija.
El 22 de febrero el virus se extendía por el norte y el Gobierno italiano creó la primera «zona roja» para bloquear once municipios: diez lombardos y uno en Véneto, unas restricciones que paulatinamente, y ante la propagación de la pandemia, se fueron extendiendo a toda Italia.
Pocos días entes de ser dado de alta, la felicidad de Mattia por poder volver a su casa y esperar el nacimiento de su hija se vio empañada por la muerte de su padre, una de las 62 víctimas de Castiglione d’Adda, uno de los pueblos de la primera zona roja.
«Ser el símbolo infectado de una tragedia de época es un peso que me atormenta. Sin embargo, a partir de hoy, finalmente puedo convertirme en el punto de referencia para la resistencia a la epidemia, la prueba de que gracias a los médicos es posible recuperarse. Tuve suerte. Fui uno de los primeros en ser atacado por el virus, en Codogno y Pavía conté inmediatamente con los tratamientos que me permitieron volver a vivir. Así que pienso en las miles de personas que ahora luchan por lo mismo», declaró a La República. Fuente ABC