Obesidad infantil que no da tregua: en el país, uno de cada tres niños en edad escolar tiene exceso de peso
El sobrepeso y la obesidad son de los principales problemas de salud pública de la actualidad a nivel mundial. Tal es así que, en los últimos 30 años, sus índices llegaron a triplicarse. Según los últimos datos arrojados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2016 había más de 340 millones de niños y […]
El sobrepeso y la obesidad son de los principales problemas de salud pública de la actualidad a nivel mundial. Tal es así que, en los últimos 30 años, sus índices llegaron a triplicarse.
Según los últimos datos arrojados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2016 había más de 340 millones de niños y adolescentes -de 5 a 19 años- con sobrepeso u obesidad.
Asimismo, junto a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), indican que la prevalencia de obesidad en menores de cinco años es de 6,2% (41 millones) a nivel global, con un aumento de 33% desde 2000 a 2016.
En ese contexto, la Argentina constituye un mal ejemplo en la región y presenta el mayor porcentaje de obesidad infantil en niños y niñas menores de cinco años en América Latina.
Los números lo avalan: según la Base de Datos Global sobre Crecimiento Infantil y Malnutrición de la OMS, los argentinos poseen un 7,3% de prevalencia. Asimismo, según el Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI), uno de cada tres niños en edad escolar tiene sobrepeso u obesidad.
En el país, las últimas cifras disponibles resultaron de un análisis minucioso de la situación epidemiológica de los escolares en la Argentina, que da cuenta -según un estudio realizado por el Programa Nacional de Salud Escolar (PROSANE) en 2019- de las variaciones de datos antropométricos en una cohorte retrospectiva de 10.961 niños y niñas que fueron controlados en primer grado (2012) y sexto grado (2017).
Los resultados mostraron que el sobrepeso aumentó de 21,1% a 26,6% y la obesidad, de 14,5% a 22,7% entre los niños, niñas y adolescentes (NNyA) argentinos.
En el marco de la presentación de la última Guía de Entornos Escolares Saludables, la directora nacional de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles, Verónica Schoj, de la Secretaría de Gobierno de Salud, advirtió que “la situación epidemiológica de sobrepeso y obesidad infantil en Argentina es muy preocupante. Es una epidemia que está creciendo y que hoy afecta a más de uno de cada tres niñas, niños y adolescentes”.
Schoj expresó que esta epidemia tiene gravísimas consecuencias no sólo sanitarias en el largo plazo ya que la obesidad no sólo es un factor de riesgo de diabetes, de cáncer, de enfermedad cardiovascular sino también, en el corto plazo, de dificultades en la inserción social de los chicos, discriminación, bullying y reducción del rendimiento escolar.
“Esta guía es un conjunto de medidas para que la escuela no sea un entorno que promueva la obesidad sino que promueva hábitos saludables en alimentación y actividad física adecuada”.
En esa línea, y casi como si se tratara de un fenómeno de causa-efecto, desde la Secretaría de Gobierno de Salud señalaron que sólo uno de cada cinco niños y adolescentes cubren la recomendación de actividad física diaria.
Según datos del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación, el 80% de los adolescentes de entre 13 y 15 años no alcanza a cubrir las recomendaciones diarias en cuanto a la práctica de actividad física requerida, y más del 50% de ellos pasa más de tres horas en estado sedentario, además del tiempo que pasa en la escuela con jornadas preponderantemente sedentes.
En ese sentido, la directora nacional de Maternidad, Infancia y Adolescencia, Diana Fariña, sostuvo que “la actividad física reporta beneficios fundamentales para la salud de niñas, niños y adolescentes y se asocia con una mejor aptitud física, un peso adecuado, un perfil de riesgo favorable para prevenir enfermedades cardiovasculares y metabólicas, una mejor salud ósea y un mejor estado anímico”.
Y destacó que “los individuos con niveles más altos de actividad física tienen una menor prevalencia de trastornos emocionales y psicológicos. Aún aquellos niños con problemas crónicos de salud (como sobrepeso, obesidad, hipertensión arterial o diabetes, entre otras) también se benefician con la inclusión de actividad física como parte del tratamiento y resulta fundamental que la practiquen”.
Los datos de la Cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018 presentada este año muestran una radiografía del estado de salud de la población adulta argentina que confirma el avance del sobrepeso y la obesidad: el 61,6% de los argentinos tiene exceso de peso, en una proporción de 36,2% de personas con sobrepeso y 25,4% con obesidad.
Durante su presentación, el secretario de Gobierno de Salud, Adolfo Rubinstein destacó que el trabajo “permite tener una línea de base muy rigurosa y confiable para saber por dónde seguir con la implementación de políticas públicas y poder diseñar las estrategias más efectivas para al menos poder detener la epidemia de obesidad, y focalizar especialmente en la obesidad infantil, que es el problema de salud pública que más amenaza el futuro de los argentinos en cuanto a las complicaciones sanitarias, sino que comprometen el desarrollo social y económico de la Argentina”.