Otra víctima de Esteban Mallorca Tebaldi rompió el silencio: “Me fui del país porque me daba miedo cruzármelo”
Natalia vive en Londres hace más de un año y medio por una sola razón: Esteban Mallorca Tebaldi. Desde más de 10 mil kilómetros de distancia escuchó los audios que compartió en las redes Camila Serra, la modelo que denunció al empresario por tentativa de femicidio, y se sintió identificada. El relato tenía varios puntos […]
Natalia vive en Londres hace más de un año y medio por una sola razón: Esteban Mallorca Tebaldi. Desde más de 10 mil kilómetros de distancia escuchó los audios que compartió en las redes Camila Serra, la modelo que denunció al empresario por tentativa de femicidio, y se sintió identificada. El relato tenía varios puntos en común con su calvario.
“Me fui del país porque estaba terminando mi relación con Esteban. Estaba en un período de mi vida en el que estaba muy angustiada y tenía mucho miedo”, contó la joven en una entrevista con Telenoche. “Yo vivía en la misma ciudad que él y me daba miedo cruzármelo. La única forma que encontré de terminar con todo eso era directamente irme del país”, agregó.
El empresario, de 32 años, fue demorado el sábado pasado en su departamento de Puerto Madero acusado de intentar ahorcar a Serra. Tras recibir el alta en el Sanatorio Dupuytren, la joven compartió en las redes los audios de varias amenazas que grabó a escondidas y las imágenes de la brutal golpiza que recibió ese día con quien era hasta entonces su novio.
“Cuando escuché el audio de Camila fue como revivir todo lo que me pasó un montón de veces. A mí me decía las mismas frases que se escuchan en la grabación”, indicó Natalia. “Nunca me pegó en la cara como le pegó a ella, pero en el momento que terminé la relación yo tenía moretones por todo el cuerpo. Hizo todo menos pegarme en el rostro”, denunció.
n este sentido, Natalia contó que la relación que tuvo con Mallorca Tebaldi cambió totalmente con el correr de los meses: “Al principio parecía lo más lindo del mundo, pero poco a poco fue aumentando más la frecuencia e intensidad de las agresiones tanto físicas como verbales”.
Las víctimas hablan de un mismo modus operandi del agresor. Así recuerda Natalia el último día que estuvo con el empresario: “Terminé con él, se subió a mi cama y me empezó a ahorcar. Yo sentí que me moría”.
Según explicaron allegados al caso, al empresario se le colocó una tobillera electrónica y se le impuso una restricción de acercamiento a la víctima de 500 metros. Si llegara a violar los primeros 200 metros, el sistema alerta al centro de control que llama a Mallorca Tebaldi y le avisa que no puede acercarse. Si persiste, se le emite un aviso al 911 para que la policía actúe.