Judiciales

Pidieron a Martínez de Giorgi una certificación de la causa de las adulteraciones de los cuadernos

El juez investiga la denuncia de un imputado, el empresario Armando Losón, quien sostiene que fueron modificadas las anotaciones manuscritas de Centeno. En el curso de la investigación, una pericia oficial confirmó la existencia de tachaduras, enmiendas y sobreescrituras que no habrían sido hechas por el exremisero.

El pedido partió del Tribunal Oral Federal 7, a cargo del juicio que aún no tiene fecha de inicio, desde donde se requirió al juez de primera instancia de Comodoro Py 2002 que envíe, “con carácter de urgente, una amplia certificación” de esa causa y “copias digitales del requerimiento de instrucción” fiscal, informaron fuentes judiciales.

En esa causa, el juez investiga la denuncia de un imputado, el empresario Armando Losón, del grupo Albanesi, quien sostiene que fueron adulteradas anotaciones manuscritas en los cuadernos de Centeno, a raíz de una pericia que encargó de manera particular.

En el curso de la investigación, otra pericia oficial confirmó la existencia de tachaduras, enmiendas y sobreescrituras que no habrían sido hechas por el exremisero del Ministerio de Planificación Federal, también procesado y enviado a juicio.

Los jueces del TOF7 –Enrique Méndez Signori, Fernando Canero y Germán Castelli– intentarían determinar si hay similitudes entre ambas investigaciones para, en todo caso, pedir que sean unificadas y que todo sea materia de debate en el juicio y no en una causa independiente.

Así lo pidió determinar también la fiscal ante el TOF 7 Fabiana León, quien actúa como parte acusadora en la causa en la que, entre otros, está enviada a juicio la exmandataria y actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

Los cuadernos de Centeno no fueron peritados a lo largo de la investigación de la causa que se llevó adelante en el Juzgado Federal 11, del fallecido juez Claudio Bonadio, y sus originales se guardan en una caja fuerte del tribunal.

Martínez de Giorgi accedió a copias digitalizadas y, en base a ello, una pericia oficial corroboró la existencia de adulteraciones, ante lo cual la semana pasada ordenó allanar la casa de José Bacigalupo, un amigo de Centeno que guardó los originales y los entregó a un periodista del diario La Nación.