Por primera vez condenaron el asesinato de una mujer trans como femicidio
Azul Montoro tenía 23 años cuando fue asesinada. En la noche del 18 de octubre de 2017 estaba en la zona del Mercado Norte -zona roja de Córdoba- ejerciendo la prostitución cuando se cruzó con Fabián Casiva. Él la contrató y fueron a un departamento de una de las mejores amigas de Azul, Lara Godoy, […]
Azul Montoro tenía 23 años cuando fue asesinada. En la noche del 18 de octubre de 2017 estaba en la zona del Mercado Norte -zona roja de Córdoba- ejerciendo la prostitución cuando se cruzó con Fabián Casiva. Él la contrató y fueron a un departamento de una de las mejores amigas de Azul, Lara Godoy, que estaba de viaje.
Allí la asesinó de 17 puñaladas. Antes de irse acuchilló a una caniche que estaba en lugar y se robó el celular de Azul y plata que tenía en la cartera.
El juicio por su muerte llegó a su fin este jueves. El tribunal en la Cámara en lo Criminal y Correccional de 9ª Nominación, de Córdoba, con jurados populares, condenó prisión perpetua a Casiva por el asesinato de la joven. La sentencia es un hito ya que es la primera vez que en Córdoba el asesinato de una mujer trans es calificado como femicidio.
El abogado de la familia de Azul, Tomás Aramayo, dijo minutos después del veredicto que quedaron muy conformes con la resolución del jurado.”Fue una sentencia muy esperada, muy anhelada, que viene a visibilizar la lucha del colectivo trans de la provincia”, afirmó y agregó que “corona lo que Azul siempre sintió desde el día que nació: que era una mujer, como lo relató su madre desde todo su dolor cuando se le concedieron la palabra”.
Aramayo además resaltó el papel histórico de los jurados y el “trabajo de la justicia, que estamos acostumbrados a criticar por su falta de perspectiva de género”.
La mamá de Azul, Alejandrina, dijo antes de conocer la sentencia que su hija”era joven y tenía sueños. Nadie me va a devolver a Azul pero quiero se haga Justicia porque esto no puede volver a suceder nunca más”, según informó LATFEM Noticias.
Por su parte, antes de recibir la condena, Casiva reconoció su culpabilidad por el femicidio, pidió perdón y aseguró que “no estaba en sus cabales”.
El fiscal Gustavo Arocena, había solicitado la pena de prisión perpetua bajo la acusación de “homicidio calificado por femicidio, hurto calamitoso y daño”. En una de las audiencia previas resaltó que se trató “uno de los hechos más cruentos de la historia criminal de Córdoba”.
Casiva había sido imputado en 2013, cuando tenía 19 años, por “privación ilegítima de la libertad personal agravada, amenazas calificadas y lesiones leves calificadas agravadas en contra de su madre”, Mónica Galíndez, y de su hermana Vanesa.
En 2016, un año antes de matar a Azul, volvió a ser imputado por “lesiones leves calificadas y amenazas calificadas” en contra de su madre. Los antecedentes fueron tenidos en cuenta por el tribunal a la hora de otorgar la figura de femicidio al asesinato de Azul.