SALUD

Preocupación por la caída de los controles mamarios durante la pandemia

Los controles mamarios bajaron en forma notoria en los últimos 130 días, lo que preocupa a los especialistas por sus posibles consecuencias sobre la salud.

Primero, por la cuarentena estricta; luego, por miedo al contagio de coronavirus; ahora, por la situación de incertidumbre y las restricciones para el desplazamiento. Lo cierto es que los controles mamarios bajaron en forma notoria en los últimos 130 días, lo que preocupa a los especialistas por sus posibles consecuencias sobre la salud.

 En la Argentina, "hay unos 21.500 casos nuevos" cada año, explica a Con Bienestar Susana Gamarra (M.N. 90.734), médica especialista en diagnóstico mamario. El dato está validado por las estadísticas de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC).

"Es un riesgo, sobre todo en la mamografía, porque el cáncer de mama es el cáncer más frecuente en la mujer", explica.

Gamarra atribuye la falta de controles al temor por salir de casa o a la incertidumbre de saber si el centro médico es seguro. "Tratar de continuar con la periodicidad de los estudios es muy importante", asegura la médica. A su vez, alienta a que las pacientes "concurran al lugar donde se hacen el estudio porque se cumplen con todos los protocolos y las normas de higiene".

Las instituciones o centros destinados a estas prácticas comenzaron con la atención recién cuando "consiguieron asegurar los protocolos que garantizan su seguridad y la del personal de salud". En línea con esto, la especialista detalló ciertas medidas que toman.

Como paso inicial, atienden con turnos previos. Dentro de la institución, el personal cuenta un barbijo quirúrgico. "Las técnicas, además, tienen gafas o una mascarilla facial, camisolín y guantes", aclara. Luego, una regla importante es que las mujeres ingresen de forma individual, no acompañadas. La intención es evitar aglomeraciones y respetar la distancia social.

Al ingresar, les toman la temperatura y les dan un barbijo quirúrgico a quienes no cuentan con un "tapabocas adecuado". Una vez adentro, cuentan con alcohol en gel o al 70 por ciento líquido en todas las salas.

"De acuerdo con opiniones de las distintas sociedades y del Instituto Nacional del Cáncer, la edad de comienzo de los estudios es a los 40 años con una mamografía anual. Si tienen antecedentes familiares, se recomienda a partir de los 35 años una mamografía de base", señala Gamarra.

Si hay antecedentes hereditarios de cáncer de mama los controles son más estrictos.
"Todas los protocolos y recomendaciones se van actualizando por un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud en la medida en que la pandemia y su dinámica evolucionan. La intención es cumplir con los estándares de calidad que se exigen para realizar estos estudios", concluye la especialista.