Espacios inclusivos

Reclaman que plazas y parques sean inclusivos con la discapacidad en la ciudad de Buenos Aires

La falta de señales sonoras y de un acceso adecuado, así como la ausencia de cuidadores para brindar asistencia en las plazas y parques de la Ciudad de Buenos Aires integran los reclamos de familias.

La falta de señales sonoras y de un acceso adecuado, así como la ausencia de cuidadores para brindar asistencia a personas con discapacidad en las plazas y parques de la Ciudad de Buenos Aires integran los reclamos de familias que, por esas falencias, se ven impedidas de disfrutar de estos lugares de esparcimiento.

Estos reclamos coinciden con el informe "Accesibilidad en plazas y parques: pautas para prevenir prácticas discriminatorias", publicado en febrero último por el Instituto Nacional contra la Discriminación, Xenofobia y Racismo (Inadi).

Según el lnforme Nacional de Sistematización de las Denuncias (2020) del Inadi, entre los años 2008 y 2019 las personas con discapacidad son las que más han sido discriminadas (20,2 por ciento) y "la vía pública aparece entre los principales ámbitos donde se experimenta esa discriminación".

En plazas y parques "existen problemas y barreras que debemos resolver para que sean de disfrute para todas las personas, sin distinción de edad ni condición de discapacidad", señala el organismo, según un relevamiento realizado por Télam.

Las "escaleras, rampas y vados, los juegos infantiles, la señalización, la cartelería, los bebederos y senderos pueden constituir, por su ausencia o diseño, verdaderas barreras físicas y de comunicación", advierte el Inadi, situación que coincide con varios testimonios de vecinos porteños.

"En las plazas falta desde señalítica sonora hasta mantenimiento, para evitar por ejemplo que haya caca de perro que pisamos siempre", dijo Lili Aranda (59), jubilada, quien trabajó en el exzoológico porteño, actual Ecoparque, y que al igual que su compañero tiene discapacidad visual completa.

La mujer, residente en el barrio de Monserrat, enumeró entre los problemas, la falta de un fácil acceso para personas con discapacidad en algunas plazas, y la presencia de bicicletas, motos y vehículos mal estacionados, en los accesos al cruces de peatones.

"El tema de las bicisendas o postes que las protegen es un tema, por ejemplo en Palermo, en la calle Jorge Luis Borges, cada vez que cruzamos tenemos dificultad con ellos y nos tropezamos", contó la mujer y también resaltó que algunas veredas "tienen mal diseñadas las rampas".

Un ejemplo de esto se observa en la esquina de Santiago del Estero y San Juan, donde "hay una rampa grande redondeada, en vez de tener una para cada dirección y tengo que cruzar en diagonal cuando quiero hacerlo de forma recta hacia la vereda de enfrente", explicó.

"También se complica caminar en las veredas, con las sillas y mesas de los bares o incluso nos chocamos con los colchones de personas que duermen en la calle y la gente se enoja o molesta", señaló.

Otro inconveniente son "los contenedores de basura, porque la gente los mueve y los dejan en las rampas o los chocamos y no podemos ubicarlos para tirar nuestros desperdicios".

Ante este panorama, el Inadi propuso "relevar e identificar obstáculos y barreras transitando cada espacio y usando los juegos, en conjunto con niños y niñas, adolescentes y adultos con diversidad de discapacidades sensoriales, motrices e intelectuales".

De esta forma, "será posible detectar, por ejemplo, la ausencia de un plano táctil, a través del cual las personas ciegas pueden saber qué ofrece la plaza y la falta de circuitos con materiales antideslizantes que permiten la circulación de sillas de ruedas".

Daniel Vicente Giménez (64), abuelo de Joaquín (9), quien tiene la condición del espectro autista, integra el grupo de padres y abuelos de la Fundación Brincar por un Autismo Feliz, además de ser voluntario.

"Mucha gente desconoce acerca del autismo y piensan que los chicos son caprichosos, porque una característica común es que son muy ansiosos, no tienen paciencia y no saben esperar", explicó.

Los niños con autismo sufren mucho la "desorientación" y "necesitan carteles con dibujos indicadores de los juegos, bancos y bebederos y su ubicación, porque en la propia casa se manejan con dibujos o fotos, donde se les recuerda y se los guía sobre lo que tienen que hacer y les van creando una rutina, que es lo que necesitan", dijo Giménez.

"Ellos sufren mucho con la interacción y como no hay información en la población, la discriminación nace de la ignorancia. Podría servir muchísimo que empleados públicos y fuerzas de seguridad, reciban capacitación sobre qué es el autismo", consideró.

El informe del Inadi sostiene que los juegos infantiles "deben ser inclusivos para todas las infancias, con áreas de juegos temáticos, sonoros, táctiles, olfativos, educativos y participativos".

También recomienda suelos engomados y de colores claros, por su accesibilidad y seguridad, y porque "no transmiten el calor en verano, facilitan el recorrido de la silla de ruedas y proporcionan seguridad ante caídas y golpes".

El organismo instó a capacitar con perspectiva de discapacidad al personal que trabaja como cuidadores o vigilancia del parque y sobre "pautas de comunicación accesible hacia las personas con discapacidad auditiva, intelectual y visual para que asistan de manera efectiva".

Daniela Briñón (51) trabaja en el emprendimiento Zona de sentidos (http://www.zonadesentidos.com/), dedicado a niños y niñas con discapacidad. Vive en la localidad bonaerense de Martínez junto a sus dos hijas, de 11 y 9 años, la mayor de las cuales tiene parálisis cerebral.

"En mi caso, las dificultades son motoras, lo que dificulta el acceso a las hamacas, por eso las plazas tienen que tener un cierto equipamiento, pero no hay mantenimiento ni educación", consideró Briñón, en diálogo con Télam.

"Hay butacones de plástico, que deberían tener cintas fuertes para sostener a la niña y si se rompen las que están, no las reponen y no la puedo subir más", consideró.

"Se solucionaría con alguien que cuide y si hay algo roto, lo reporte, que enseñe y hable con los padres y diga para qué se debe usar, y que haya un cartel que aclare a los padres que puede ser peligroso si es mal usado", agregó.