CABALLITO

Se confirmó un caso de coronavirus en la concesionaria de autos que incumplía los protocolos

Desde la agencia niegan las irregularidades y dicen tener aval oficial y sindical.

El 14 de mayo cuando en la Ciudad de Buenos Aires se autorizó la reapertura de comercios no esenciales marcando una nueva etapa del aislamiento social, preventivo y obligatorio.

En ese momento los trabajadores de las concesionarias de autos de la firma Taraborelli, ubicadas en Avenida Rivadavia al 6000, en pleno barrio de Caballito, denunciaron importantes infracciones por parte de la empresa de acuerdo a la regulaciones que había establecido el Gobierno porteño. 

Este jueves se confirmó un caso positivo de coronavirus en una de ellas, el cual fue informado a los trabajadores por un mail de la propia empresa.
 
Según había contado un empleado de Brenson (empresa de la misma firma), “no nos tomaron la fiebre, no nos proporcionaron barbijos ni alcohol en gel. El lugar no cuenta con separaciones en los espacios de trabajo ni tampoco cumplen con el distanciamiento de 1,5 metros”.

Al poco tiempo de que trascendió la informaciónón, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires realizó una inspección que no arrojó ningún resultado.

Según la administración de Rodríguez Larreta, la concesionaria "cumplía todos los protocolos", algo que los empleados negaban categóricamente, y siguen negando.

“Cuando abrieron sin los protocolos se hizo la denuncia en el Gobierno de la Ciudad, realizaron la inspección, miraron 3 cosas y no hicieron nada. La rotación de gente sigue sin existir, seguimos viajando en transporte público cuando deberían ponernos el traslado. El barbijo y el alcohol en gel lo llevamos nosotros”, contaron entre indignados y angustiados algunos empleados de Taraborelli.

Con el paso del tiempo todo empeoró: “Nos mandaron un mail para decirnos que teníamos que limpiar nosotros mismos nuestros escritorios pero jamás nos dieron ni alcohol ni papel para hacerlo, ni siquiera se están limpiando los baños todos los días porque les recortaron las horas al personal de limpieza”.

A esto se le suma la persecución que están viviendo algunos trabajadores de Brenson que solicitaron la licencia por tener hijos a cargo. Hubo suspensiones contra los que se pudieron más rígidos, mientras que otros se resignaron y buscaron la forma, en medio de una pandemia, de arreglársela con algún familiar para poder seguir yendo a trabajar y no perder la fuente de laburo y en algunos casos el único ingreso del hogar.

A esta situación por demás problemática llegó la noticia que nadie quería escuchar, este jueves se confirmó un caso positivo de coronavirus en uno de los sectores de la empresa.

“El miércoles llegó la rumor de que la gerencia de recursos humanos había confirmado un caso de coronavirus en un trabajador. Nos empezamos a preocupar porque todos trabajamos en el mismo piso y toda la gente del sector que compartía la vida diaria laboral con esta persona seguían yendo a trabajar”, manifestó un empleado.

Los delegados zonales de SMATA se pusieron en contacto con el trabajador afectado, que se encuentra aislado, y esperaron el resultado del test que confirmó el caso.

Mientras tanto la incertidumbre crecía porque nadie le comunicaba a la gente si debían presentarse a trabajar.

“Nadie nos daba una respuesta de que iba a pasar con nosotros, los gerentes no tenían información y el dueño no apareció. Esta mañana estando todos en la empresa, un gerente decidió que nos volviéramos a nuestras casas. Nadie nos dijo si debemos aislarnos. Ahora estamos trabajando desde nuestra casa hasta nuevo aviso porque supuestamente tienen que desinfectar el lugar”, sostuvieron las distintas fuentes.

Desde la empresa salieron a aclarar que "En Brenson no tenemos ningún caso positivo y cumplimos con todos los protocolos existentes, los cuales son revisados periódicamente por el gobierno de la Ciudad y el sindicato”, dijeron por su parte a a minutouno.com desmintiendo a sus empleados.

Pero no mencionaron sobre la concesionaria de la misma empresa que está enfrente y es dónde se confirmó el caso, y es dónde el Gobierno porteño había realizado las inspecciones.

Ante la complicada situación epidemiológica que se vive en el Área Metropolitana de Buenos Aires y la necesidad que tiene la gente de seguir trabajando a pesar de los riesgos, sería más que necesarios que los responsables del Estado que deben controlar que los empleadores cumplan con los protocolos establecido realicen su función a rajatabla, porque los que ponen el cuerpo siempre son los laburantes.