Síndrome de Kawasaki: la enfermedad que afecta a los niños y podría estar relacionada con el COVID-19

Descubierto en 1960, el síndrome de Kawasaki volvió al centro de la escena internacional luego de que se detectara que niños que padecieron COVID-19 mostraban esta patología tras cursar la enfermedad. Francia, Estados Unidos, Italia y el Reino Unido reportaron que niños padecieron este síndrome, y algunos de ellos perdieron la vida. Tras confirmarse que contaban con anticuerpos para el […]

Descubierto en 1960, el síndrome de Kawasaki volvió al centro de la escena internacional luego de que se detectara que niños que padecieron COVID-19 mostraban esta patología tras cursar la enfermedad.

Francia, Estados Unidos, Italia y el Reino Unido reportaron que niños padecieron este síndrome, y algunos de ellos perdieron la vida. Tras confirmarse que contaban con anticuerpos para el coronavirus, la comunidad científica comenzó a preguntarse cuál era su relación con el SARS-CoV-2.

“Es esencial caracterizar este síndrome y sus factores de riesgo, comprender la causalidad y describir las intervenciones de tratamiento. Todavía no está claro el espectro completo de la enfermedad, y si la distribución geográfica en Europa y Norteamérica refleja un patrón verdadero, o si la condición simplemente no se ha reconocido en otra parte”, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe donde calificó a esta patología como “síndrome inflamatorio multisistémico en niños”.

“Todos los años se diagnostican entre 4000 a 6000 casos de Kawasaki en los Estados Unidos”, explicó el médico pediatra infectólogo y miembro de la Comisión de Vacunas de la SADI, Dr. Ricardo Rüttimann.

Es por eso que desde el máximo organismo vinculado con la salud, pese a que ya lo calificaron, aún no concluyeron que este síndrome se encuentre completamente relacionado con el COVID-19.

“La enfermedad de Kawasaki o síndrome no es nuevo, se conoce desde principios de 1960, afecta en general a menores de 5 años y es una enfermedad inflamatoria de los ganglios linfáticos afectando la piel y las mucosas”, afirmó el especialista.

En ese sentido, destacó que esta patología afecta “1 vez y media más” a varones que a mujeres y resaltó que su diagnóstico se realiza “por criterios”, entre los que se detallan la erupción cutánea, las lesiones en las mucosas y la fiebre alta, y en algunos casos son acompañados por conjuntivitis.

“Los síntomas pueden aparecer por fases y posteriormente puede haber dolores articulares y descamación de la piel”, relató el infectólogo.

Asimismo, advirtió que, cuando el cuadro se complica, aparece “la inflamación de las arterias de mediano tamaño (arteritis) y la generación de aneurismas (inflamación de los vasos sanguíneos), que producen complicaciones circulatorias” y resaltó que su “tratamiento es la inmunoglobulina (anticuerpos) intravenosa y otros antiinflamatorios”.

En palabras de Rüttimann, no se conoce la causa exacta que da inicio al síndrome de Kawasaki. De este modo, es posible que se lo relacione con el COVID-19.

“No sabemos la causa, pero se la ha asociado a patrones genéticos, por eso es más frecuente en oriente. Se ha involucrado a desencadenantes infecciosos (virus, bacteria) como no infecciosos (tóxico)”, explicó el infectólogo y resaltó que su asociación con el coronavirus se basa en la respuesta inmune que genera el SARS-CoV-2.

De este modo, para el especialista “no es infrecuente que pueda actuar como disparador”, al tiempo que aclara que en el caso de su asociación con el coronavirus, en los casos registrados en Europa, se evidencia que los afectados “son un poquito más grandes de los que se han descripto asociados a otras causas”.

Más allá de que su asociación con el coronavirus aún es una materia de análisis por los especialistas de todo el mundo, en la Argentina el síndrome de Kawasaki es una patología que se encuentra en el radar de los pediatras.

Tal y como lo dijo Rüttimann, como se desconocen las causas de la enfermedad, no es posible su prevención y el control pediátrico es el arma fundamental en su detección.

“En Argentina los pediatras estamos atentos habitualmente a este síndrome ya que el tratamiento precoz mejora el pronóstico y evita las complicaciones”, resaltó el infectólogo y completó: “Hasta el momento no hemos visto ningún caso en el país”.