Informe Diario HOY
Un tesoro en el océano, cientos de luces y un saqueo incontrolable
La pesca indiscriminada en el límite del Mar Argentino con aguas internacionales genera una gran preocupación, considerando la depredación de varias especies. Numerosos buques y un descontrol pesquero que nadie puede frenar.
Las imágenes y videos nocturnos sobre la depredación que realiza la flota pesquera extranjera al límite del Mar Argentino reflejaron una actividad que se repite hace años y muestra una invasión al límite de las aguas de nuestro país. Se trata de un saqueo a cielo abierto.
Como informó diario Hoy a principio del mes pasado, Greenpeace identificó al menos 470 buques localizados en el denominado “agujero azul”, ubicado casi en la frontera entre el Mar Argentino y aguas internacionales; es un sitio de unos 5.000 kilómetros cuadrados de superficie, codiciado por su ecosistema marino. Las acciones son ininterrumpidas, con flotas que llegan desde diferentes países del mundo.
En diálogo con este multimedio, el doctor Marcelo Acha, licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad Nacional de Mar del Plata, se refirió a las características del agujero azul y se refirió a la importancia de esta gran área marítima.
“Cuando nosotros pensamos en cómo es el fondo del mar lo primero que tenés es lo que se llama la plataforma continental que es una parte muy llana. Imaginate la pampa húmeda pero con agua arriba, hasta que llega un punto, más o menos cuando alcanza unos 180 metros de profundidad; a partir de ahí empieza a profundizarse muy fuerte, llegando a 2500, 3000, 4000 metros, esa pendiente es lo que llamamos el talud”, expresó el experto.
Cabe remarcar que las aguas sobre las cuales nuestro país tiene jurisdicción, lo que llamamos la Zona Económica Exclusiva, llegan hasta las 200 millas náuticas. Esto significa que en cualquier costa en que uno está, desde esa medida hacia afuera es donde Argentina tiene potestad.
“En general esa línea coincide con el talud, menos en el agujero azul. En el agujero azul lo que pasa es que la plataforma continental se extiende un poco más allá. Es como si fuera un balconcito que se extiende hasta la región de aguas internacionales. Entonces en las aguas internacionales cualquiera puede pescar”, explicó Acha, quien coordina un grupo que en el marco del programa Pampa Azul trabaja para entender el funcionamiento de este espacio tan deseado.
El especialista remarcó que en el caso de tener 4000 metros de profundidad se hace muy difícil y no es rentable pescar. Es entonces que se apunta a las plataformas continentales que en general son más productivas y donde hasta el fondo se tienen solo 150 o 200 metros.
“Para que tengas una idea vos tenés que soltar tres cables de arrastre tres veces la profundidad. Es decir que para poner una red en el fondo si vos estás a 100 metros tenés que liberar 300 metros. Ahora si estás a 2500 metros tenés que liberar 7500, es decir 7 km y medio de cable. Es decir que precisás un barco enorme para hacer eso. Entonces la pesca se lleva principalmente a cabo sobre las plataformas continentales. El agujero azul es un pedacito de la plataforma continental que queda en aguas internacionales. Por eso van y pescan ahí”, detalló.
“El mar argentino es muy productivo, nosotros exportamos más de productos pesqueros que de carne. El talud es una región muy productiva. La mayoría del talud y la plataforma adyacente nos queda en agua territoriales y las aprovechan las flotas nuestras. Adyacente al talud quedó en una región de aguas internacionales donde las flotas pueden operar. Al ser un área pequeña se concentran”, señaló.
Los buques internacionales llegan al Mar Argentino en noviembre de cada año y la temporada alta dura hasta marzo, pero se detectan barcos hasta junio. Pescan calamar, merluza y merluza negra.
El investigador marcó que “una cosa que es importante es que más allá de las 200 millas, Argentina tiene jurisdicción sobre el fondo el subsuelo, no sobre la columna de agua que está arriba. Es decir que alguien no puede ir al agujero azul y hacer una perforación de petróleo por ejemplo, pero sí puede pescar en la columna de agua”.
Pese a que la Prefectura Nacional, con apoyo de la Armada, a veces captura alguna flota, los pesqueros se mueven al límite, entrando y saliendo de aguas internacionales, donde no hay regulación. “No hay datos concretos, no hay información de qué y cuánto capturan, no hay estadísticas. Solo podemos suponerlo”, completó.