INSEGURIDAD
Detuvieron al delincuente armado que se atrincheró en un hotel de Balvanera
Se encontraba en el lugar desde la madrugada. Tras una negociación con la policía pudieron reducirlo. Habría robado a una pareja junto a un cómplice y se escondió en el lugar.
Un hombre armado se atrincheró en un hotel de Balvanera durante la noche de ayer. Los agentes trabajaron en el lugar desde la madrugada, cuando fueron alertados por un robo. Tras 7 horas, el ladrón fue detenido.
Según informaron, el sospechoso, de 52 años, habían robado junto a un cómplice y luego se escondió en el edificio. “Hoy tengo ganas de matar a alguien”, lo escucharon decir los vecinos del lugar.
Todo ocurrió en Jean Jaures 38, entre Rivadavia y Mitre. De acuerdo a los primeros datos, se trataba de un delincuente que en la noche de ayer le robó a una pareja.
Las víctimas estaban llegando a su casa cuando fueron abordadas por dos hombres que, apuntándoles con un arma, les sacaron los celulares y un morral. Tras llevarse las pertenencias, huyeron del lugar.
La pareja rápidamente dio aviso a la policía y enseguida comenzaron a buscarlos. Uno de ellos descartó lo robado, logró escapar y aún no se sabe nada de él, mientras que el segundo se metió a la habitación 7 del hotel Coral, ubicado en Balvanera, donde permaneció atrincherado durante siete horas.
El hotel fue evacuado y la policía intentó negociar con él para que deponga su actitud. Hubo amenazas por parte del delincuente a los efectivos y habría gritado desde el cuarto “hoy tengo ganas de matar a alguien”.
No hubo rehenes en el lugar y tras un trabajo en conjunto de Infantería, Policía de la Ciudad y la División de Operativos Especiales, lograron detenerlo y llevarlo a una alcaidía de CABA.
La palabra de un testigo
Hugo, un joven que se hospeda en el hotel donde ocurrieron los hechos, contó que cerca de las 3 de la madrugada comenzó a escuchar la discusión del delincuente con la policía. “Él reiteraba que se quería morir”, dijo el testigo.
Asimismo, aseguró que en todo momento el sospechoso remarcó que “no quería lastimar mujeres porque el padre le había enseñado de forma indirecta que eso no se hacia porque le pegaba a la madre”.
Según el testimonio de Hugo, tenía un arma .357 y pidió cocaína. Además, sostuvo que la mediadora le ofreció cigarrillos, comida, pero que él constantemente repetía que “se quería morir porque ya había tomado esa decisión”.
Durante un tiempo estuvo amenazando a los efectivos de las fuerzas especiales, hasta que la agente encargada de dialogar con él, logró que abra la puerta y lograron detenerlo.