City Bell

La desesperación de una familia: “Los vecinos nos ayudan más que la Policía”

En febrero sufrieron un robo en su casa, y los ladrones se llevaron a su perro. Tienen los datos de los hampones pero los encargados de seguridad “no hacen nada”.

Una familia de City Bell vive una pesadilla desde febrero, cuando dos ladrones les robaron de su casa una bulldog francés, entre otros elementos de valor. Pese a que las víctimas radicaron la denuncia y le mostraron a la Policía los videos en los que se ve el accionar delictivo, así como la patente del auto en el que circulaban los hampones, las autoridades de la fuerza siguen sin moverse para dar con ellos.

Los dueños de Cuba dialogaron con Trama Urbana para exponer la grave deficiencia de los encargados de traer seguridad. Contaron que todo sucedió el 19 de febrero, entre las 14 y las 15, en 458 y 23. “Somos entrerrianos y nos mudamos a City Bell hace un año junto a mi marido y mi hijo y mi hermana y su familia porque tenemos tres nenes que juegan al fútbol en Estudiantes y queríamos darles una oportunidad. A la semana, empezó la pandemia y estuvimos encerrados, sin conocer a nadie”, relató Vanesa Bogado.

En diciembre pasado pudieron volver a sus pagos por un tiempo, dejando su domicilio al cuidado de los padres del niño que la hermana de Vanesa apadrina. Se les complicó para volver porque se contagiaron de Covid-19. Mientras ellos seguían en Entre Ríos, los caseros momentáneos se ausentaron por un rato para ir a buscar alimentos a un colegio.

Fueron en remís “y se pusieron a charlar con el conductor, que algo de data les sacó”. En la escuela “se demoraron” y por lo visto el remisero o alguien mandado por él pudo haber aprovechado para perpetrar el escruche.

Cuando regresaron vieron la ventana del frente abierta y un vecino dijo que observó un Toyota Corolla gris oscuro en una calle cortada, y que sabía la patente. Vio también que subieron “a una perrita” al vehículo, aunque en ese momento no sospechó de nada. Luego, cargaron otras cosas del inmueble y se fugaron. “Nos revolvieron toda la casa, se llevaron todas las cosas materiales que se puedan imaginar”, se lamentó Vanesa.

Comisario desplazado

“Gracias a los vecinos y las grabaciones de cámaras de seguridad de la cuadra, a las dos horas estaban todos los datos de los delincuentes”, aseveró la mujer. “Fuimos la comisaría (Décima) pero pasó un rato largo y no nos atendían porque el comisario estaba con otras cosas. Recién al rato vino otro oficial a tomarme declaración y le pasé la patente y el modelo del auto para que lo paren en los peajes, pero respondió que no podían hacerlo”, continuó.

Como si fuese poco, “en el grupo que tenemos de vecinos algunos buscaron porque tenían acceso a ver a quién pertenece el coche” y llegaron a la conclusión de que “no era robado y estaba radicado en Quilmes. Todo eso le pasamos a la Policía, así como los videos de los ladrones llevándose a la perra, pero no pasó nada. A la semana desplazaron al comisario y a su comitiva”.

El nuevo titular de la seccional “se estaba ocupando del tema, aunque a dos semanas del robo tenían la data del vehículo y dónde vivían sus dueños, pero no allanaban. Al comisario todos los días le preguntaba por novedades y me decía que no había nada, le quedaba grande el puesto. Nuestros vecinos fueron los que más nos ayudaron, fueron más efectivos que la Policía, que pusieron todas las trabas a los datos que aportábamos y hasta los pasaban mal; no querían hacer nada”.

Puntualizó que los numerarios de la Décima “tipearon mal la patente y entonces no coincidía con el modelo, y lo digo sin pelos en la lengua; van a venir y pegarme un tiro pero no me interesa. Es todo muy oscuro, hay mucha gente metida y no los vamos a dejar en paz porque se llevaron a la perra”. Detalló: “Al vecino que vio cuándo se llevaron a Cuba no le tomaron declaración y la fiscalía se quejó de eso. Recién ahí vino el comisario a entrevistarlo, pero ya era tarde: había pasado un mes y medio”.

Inseguridad imparable

A su vez, Vanesa habló sobre la ola de ilícitos que hay en City Bell: “No podés vivir dependiendo de que alguien quede en la casa para que no te entren a robar. Ahora nos turnamos para que no quede sola. Hay muchos casos de inseguridad, todo con una impunidad terrible”. Narró que Cuba es una bulldog francés de un año y ocho meses. “Seguimos sin saber nada. Es una tristeza que no se te va nunca, yo al principio no dormía y hasta el día de hoy me quedo noches pensando si estará bien. El dolor es la importancia de saber dónde viven los delincuentes y tener los nombres y que la Policía nunca hizo nada de nada”.

Por último explicó: “La buscamos porque es familia, porque nos llevaron parte de nuestra historia acá”.