contrabando

Aduana: detienen a un hombre que llevaba 4.650 pastillas de la "droga de la concentración"

Al medicamento secuestrado se lo conoce como clorhidrato de metilfenidato o Ritalin. Al no contar con la certificación de la ANMAT, se la considera una importación prohibida.

Durante un operativo realizado por personal de la Dirección General de Aduanas se evitó el contrabando de clorhidrato de metilfenidato, un fármaco también conocido como ritalin o ritalina que se usa para el tratamiento del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDH).

Según se consignó, ocurrió durante un control de rutina en el paso de frontera entre Paso de los Libres y Uruguayana, Brasil, donde un vehículo con matrícula argentina llegó al puesto aduanero con el objetivo de regresar al país.

Allí, los agentes especializados de la Aduana le realizaron las preguntas de rutina al conductor del coche y notaron que estaba incómodo y mostraba varios signos de nerviosismo. "No tengo nada que declarar, estoy volviendo a Argentina, no compré nada", repetía el hombre.

Ante el comportamiento del ciudadano argentino, el personal aduanero procedió a realizar una inspección profunda del rodado. Al fiscalizar el baúl y el área debajo de los asientos notaron que escondía 4.650 pastillas de clorhidrato de metilfenidato.

Tras el descubrimiento, la Aduana secuestró la mercadería valuada en $2.170.000 por tratarse de una transgresión al artículo 977 del Código Aduanero y puso los fármacos a disposición de un juez administrativo. La multa por la infracción podría llegar a $6.510.000.

Además, la mercadería carecía de la debida certificación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), por lo cual calificaba como de importación prohibida.

Dado el intento de importar la droga en forma irregular, no se puede descartar que la intención detrás de la maniobra fuera comercializarla sin receta médica. Es que pese a que debe ser utilizado bajo estricto control profesional, el medicamento ha adquirido notoriedad como "la pastilla de la concentración".

Justamente, hay evidencia de consumo por parte de personas sin TDH para, por ejemplo, preparar exámenes. No obstante, ello está sumamente contraindicado, dado que puede generar adicción.