TESTIMONIO

Confirmaron que García Belsunce fue asesinada mientras Pachelo estaba en el country

La información fue aportada por el médico forense que realizó la autopsia al cuerpo de María Marta, quien estimó que el crimen se cometió alrededor de las 18:30, cuando el principal imputado se encontraba en el Carmel.

El médico forense que realizó la autopsia al cuerpo de María Marta García Belsunce, 36 días después del crimen, estimó que la socióloga fue asesinada "mínimo una hora antes" de que los médicos le realizaron maniobras de reanimación, lo que ratifica la estimación de la fiscalía respecto a que el homicidio se cometió alrededor de las 18.30, cuando el principal imputado, Nicolás Pachelo, se encontraba dentro del country Carmel de Pilar.

Pasadas las 12 de este miércoles, con un maletín negro en una mano y un sobre de madera en la otra, el médico forense Héctor Moreyra ingresó a la sala y se sentó frente a los jueces Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Anrdrejin, quienes componen el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro.

En uno de los tramos más destacados de su testimonio, Moreyra habló de los móviles que pudo haber tenido el caso, y mencionó el robo -como intenta probar la fiscalía-, como uno de ellos.

"Cuando se analizan las motivaciones de un ataque de este tipo, son tres: un motivo pasional, un tema económico o una violencia por robo. Sobre esos tres motivaciones uno puede ubicar de qué se trata”, dijo al respecto.

El testigo indicó que fue convocado por el Procurador General bonaerense para realizar la autopsia, que fue realizada el 2 de diciembre de 2002 en la morgue judicial del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de la Nación, ya que hubo que exhumar el cuerpo de María Marta del cementerio de Recoleta.

El forense sostuvo que días antes de la diligencia se presentó en la casa de la familia Carrascosa-García Belsunce en el country Carmel para "comparar con los hallazgos que iba a tener en la autopsia", unos días después.

Moreyra afirmó que el resultado de la necropsia determinó que María Marta fue atacada de seis balazos, un primero que no llegó a penetrar en la cabeza y otros "cinco impactos de proyectil" que sí ingresaron al cráneo y le ocasionaron la muerte, mientras que también descubrió "lesiones contusas sobre su rostro y en ambos miembros inferiores”.

"En el examen también hallamos una fractura de costilla en la parrilla costal izquierda, que se ubica por debajo del corazón, sin características de vitalidad", agregó.

El especialista describió que el primer disparo "rebotó" en el cráneo de la víctima (lo que luego derivo en el famoso "pituto"), que el segundo balazo fue el que penetró en la cabeza y que García Belsunce "fue rematada" con los cuatro tiros siguientes.

Moreyra explicó: "La fractura de la costilla, por el sitio de ubicación y las características de falta de vitalidad, y tras ser asistida pos mortem por un médico, se infiere que fue una maniobra de reanimación en un período posterior de entre una y dos horas de muerte".

"Es decir, al no dejar muestras en la piel como hematomas, debe interpretarse que la maniobra se practicó mínimo una hora antes de la muerte", aclaró el médico legista.

Esta aclaración del médico avala la teoría del Ministerio Público respecto a que María Marta fue asesinada alrededor de las 18.30, momento en que Pachelo se encontraba dentro de Carmel, ya que el médico Juan Gauvry Gordon practicó la reanimación cuando arribó aproximadamente a las 19.25 y por el lapso de 20 minutos.

Moreyra indicó que la distancia de los disparos "fue entre 5 y 35 centímetros y en forma perpendicular" y que el primer disparo "le produjo un aturdimiento" a la víctima.

"Los cinco orificios tienen todas las características de haber sido a 90 grados, pero con distintos distanciamientos, con la persona colocada de costado en circunstancias de defensa, inclinando su cabeza, como esperando el disparo u otro golpe en su rostro", explicó.

Por último, el médico forense explicó a los jueces que la agonía de la víctima comenzó con el segundo disparo -el primero en entrar al cráneo-, "que no fue determinante de su paro cardiorrespiratorio", por lo que luego fue rematada de cuatro disparos continuos.

"Desde el punto de vista forense, la interpretación pertinente es que el objetivo perseguido (por el agresor) es que si la persona continuaba sin fallecer y se producen estos cuatro disparos, eso es una modalidad ejecutoria para que se confirme el fallecimiento. Si la víctima hubiese quedado viva, con la capacidad de reconocer al victimario, no se lograba el objetivo de que no lo reconozca", concluyó el médico legista.