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“Está obsesionado con mi hija”: Una nena de 12 años vive con miedo a su vecino que la acosa

El hombre abusó sexualmente y dejó embarazada a su propia hija. Le dieron prisión domiciliaria por ser grupo de riesgo de Covid-19.

“Sofía” tiene 12 años y es de Tucumán. El martes tuvo que abandonar la casa de Alderetes donde vivía con su mamá y sus hermanos para escapar del acoso de su vecino, un hombre de 71 años condenado por violación que fue beneficiado con la prisión domiciliaria por ser grupo de riesgo frente a la pandemia de coronavirus.

Se trata de Gregorio Evaristo Leiva, quien terminó tras las rejas por abusar sexualmente de su hija cuando tenía 14 años, dejarla embarazada y obligarla a parir. Después de estar prófugo durante un mes lo capturaron en Santiago del Estero y llegó finalmente a juicio, donde la Justicia lo declaró culpable.

Hace dos meses, Leiva fue autorizado por la Justicia a volver a su casa debido a su edad. Fue entonces cuando se convirtió en la pesadilla de Sofía y en la razón por la cual la nena no pudo salir más a jugar, ni a tender la ropa en su propio patio y ya ni siquiera puede conciliar el sueño.

“Está obsesionado con mi hija”, sostuvo la mamá de la víctima, Eliana Barrionuevo. De acuerdo a su relato, el acoso del vecino empezó siendo verbal pero con el tiempo el hombre intentó acercarse a “Sofía” a pesar de su rechazo. Entonces empezó el derrotero para conseguir que le tomaran la denuncia.

La mujer pidió ayuda primero en la comisaría de Alderetes, pero ahí le dijeron que no les correspondía y que fuera al Patronato de Liberados. En ese lugar tampoco pudo radicarla y le pidieron que fuera a la Fiscalía. Pero esta oficina está cerrada por la pandemia. Entonces, le sugirieron que se acercara a la Brigada. Después de un último intento fallido en la Regional Este, terminó volviendo al punto de partida: radicó la denuncia por fin en la comisaría.

Durante todo ese tiempo el acoso nunca se detuvo sino que se agravó, y aún ahora no tiene forma de seguir la causa porque la fiscalía sigue sin atender. Mientras tanto, cuenta Eliana, el abusador condenado “recibe visitas en su casa, hace fiestas y sale a la calle cuando quiere”.

“Por qué mis hijos tienen que estar encerrados si el que cometió un delito es él”, se pregunta la mamá de Sofía. Después, como si se respondiera a sí misma, afirma: “Él no tiene nada que perder. Si viola, preso está. Si mata, también”.

Sofía ya no puede dormir de noche, llora, tiene miedo. Por ese motivo decidieron que fuera a vivir por un tiempo a la casa de un familiar y alejarla así del sistemático acoso de Leiva. Su mamá ya no sabe tampoco a quién pedirle ayuda y por eso recurre a los medios para darle visibilidad a su historia.

Tras la repercusión que tuvo la nota, fuentes judiciales confirmaron esta mañana que la fiscal María del Carmen Reuter, titular de la Fiscalía de Delitos contra la Integridad sexual, ordenó la medida de restricción de acercamiento y revocación del beneficio de prisión domiciliaria para el acusado.