ESTABA DESAPARECIDA

Femicidio en Villa Centenario: hallan calcinados los restos de una joven desaparecida

Candela Magalí Milagros Azoya, de 17 años, fue asesinada y sus restos calcinados arrojados junto a las vías del tren en Villa Centenario. Un primo fue detenido, y hay dos prófugos. La justicia investiga el caso como homicidio triplemente agravado.

El brutal asesinato de Candela Magalí Milagros Azoya, una adolescente de 17 años desaparecida desde el 27 de noviembre, conmociona a la localidad bonaerense de Lomas de Zamora y al país entero.

La joven fue hallada asesinada y calcinada cerca de las vías del tren Roca, que une Temperley y Haedo, tras días de búsqueda infructuosa. Un primo de la víctima fue detenido y es investigado como principal sospechoso, mientras que dos hermanos, presuntamente implicados, permanecen prófugos.

Candela vivía en Mar del Plata, pero estaba visitando a su madre en Villa Centenario. El 27 de noviembre, salió rumbo a la plaza Santa Marta para recoger unas zapatillas que había adquirido por redes sociales. Según las investigaciones, cámaras de seguridad la captaron acompañada de su primo y dos hombres ingresando a un aguantadero conocido por la venta de paco en el barrio. Fue la última vez que se la vio con vida.

La desaparición fue denunciada por su madre al día siguiente, creyendo inicialmente que la joven estaba con su padre. El sábado 30 de noviembre, vecinos alertaron a las autoridades tras encontrar restos humanos calcinados entre basura en las inmediaciones de las vías del tren.

En un radio de 300 metros, peritos de la Policía Científica encontraron varias partes del cuerpo de Candela, incluidos huesos y su cabeza, aunque aún falta el torso. Los restos estaban tan quemados que las autoridades dudan poder extraer ADN. Las pruebas forenses iniciales y testimonios de la zona sugieren que Candela fue asesinada poco después de desaparecer y que su cuerpo fue incinerado con nafta.

Los sospechosos habrían utilizado un carro prestado para trasladar el cuerpo desmembrado en bolsas de arpillera hasta el lugar del hallazgo. En el aguantadero, la policía encontró rastros de sangre y un colchón ensangrentado, además del carro mencionado.

Carlos Azoya, primo hermano de la víctima, fue detenido gracias al seguimiento de cámaras de seguridad y testimonios de vecinos. Según las declaraciones, el lugar era frecuentado por compradores de droga. Testigos relataron que vieron a Candela entrar al sitio, pero nunca salir. Su madre aseguró que la joven no era consumidora y que probablemente acompañó a su primo confiando en él.

La fiscal del caso, Carla Furingo, calificó el hecho como un homicidio triplemente agravado por violencia de género, ensañamiento y la participación de varias personas. Este lunes, Azoya será indagado mientras se busca intensamente a los otros dos sospechosos.