violencia

“Fueron 15 minutos de tortura total”

Los jubilados asaltados en su casa de Los Hornos no salen del estupor, mientras los ladrones continúan prófugos. “Los golpes eran inaguantables”, dijeron

Pese a la gravedad de lo sucedido, todavía la Policía no pudo dar con la banda de delincuentes que cometió el martes una bestial entradera contra dos jubilados en Los Hornos, en la que torturaron a las víctimas y les robaron más de 200.000 pesos.

Tal como este multimedio informó en su edición anterior, el suceso tuvo lugar en un inmueble de 145 entre 62 y 63, donde viven Carlos Perazzo (73) y Stella Carfagna (75). Ella estaba regando las plantas cuando una mujer le pidió un vaso de agua. Una vez que quedó sola de nuevo, apareció un Chevrolet Aveo, bajaron tres ladrones y arrancó su calvario. “Nunca vi pasar el auto, me agarraron de la espalda, eran tres. Entramos a la casa, me taparon la boca y el más grande me golpeó apenas cerré la puerta, en la cabeza. Los golpes eran inaguantables. Me maniataron con precintos y me pusieron una soga. Venimos a buscar la caja fuerte de los dólares, decían. Fueron 15 minutos de tortura total, los golpes no cedían: en la nariz, en la boca. Me pusieron muchos trapos en la boca”, contó la víctima.

Narró que su esposo, recién operado del cuello, estaba también maniatado y, al ver eso, “quise decir dónde teníamos nuestros pocos ahorros, yo quería que se vayan. Darle la plata y que se vayan. No me daban tiempo ni para decirles dónde estaba. Los iba guiando atada y amordazada, me pegaban los tres de manera impresionante. Me sangraba el oído, el ojo me lo dejaron tremendo. Hoy no me podía levantar por el dolor en la espalda”.

“Si seguía pataleando me cortaba los dedos”

En un momento dado, Carlos les dio un sobre con un dinero dentro pero los cacos no se conformaron. “No les bastó, buscaban la caja fuerte con dólares. No me dejaban hablar ni caminar por las patadas que me daban en la espalda y yo quería darles los 600 dólares que tenía en una caja, porque nunca me negué. Quería que dejaran de golpearme. Como no lo encontraron, destrozaron todo. Tiraron todo en la pieza, rompieron el sommier, el placard. Reventaron el aire acondicionado porque pensaban que ahí estaba la caja fuerte y nunca tuve una caja fuerte, menos con dólares. Somos jubilados y yo cobro la mínima. Los ahorros que teníamos eran por la salud de mi marido. Fueron brutales los golpes que me dieron y me llevaron después al lado de mi marido para que él vea cómo me pegaban”, añadió Stella, en declaraciones televisivas.

Finalmente, los hampones se alzaron con los billetes y expresaron: “Al fin esta hija de puta entregó lo que queríamos”.

“La plata va y viene, la salud no sé cuándo la vamos a recuperar. Estoy con un pánico tremendo, fue mucho lo que me golpearon, demasiado. Me arrastraron como un perrito con una correa. Sacaron las armas y me decían que deje de patalear o me pegaban un tiro en la garganta. Otro me dijo que si seguía pataleando me cortaba los dedos. Se fueron golpeándome todavía más. Nunca dejaron de hacerlo. Fueron tremendas las cosas que me dijeron, en palabras fuertes. Eran chicos de 18 años”, concluyó.