Inseguridad

Golpearon a un hombre, asfixiaron a su mujer y simularon ejecutarlos

Tres ladrones fuertemente armados cometieron una terrorífica entradera en City Bell, en donde amenazaron con secuestrar al hijo del matrimonio. Buscaban dólares y oro.

En búsqueda de oro y dólares que no había, tres ladrones fuertemente armados sometieron a un verdadero calvario de golpes, amenazas y tortura a una familia platense, que se encuentra viva de milagro luego de uno de los hechos más graves de inseguridad en lo que va del año.

Los hampones ganaron el interior de una vivienda de 15 A entre 465 y 466 a las 21.15 del miércoles, cuando adentro se encontraba un matrimonio con su hijo. “Utilizaron una violencia impresionante”, detalló la mujer que allí reside, para explicar luego que realmente no cuentan con aquello que esperaban encontrar los delincuentes. “No tenemos nada de eso y entonces empezó el calvario. A mi marido lo golpearon en la cabeza con el arma y a mí me envolvieron un trapo en la cara hasta asfixiarme, enfrente de mi hijo”, agregó.

Entonces los malvivientes recorrieron las instalaciones del hogar hasta alzarse con $20.000, una alianza de oro, un disco rígido, una computadora y las llaves de un Ford Fiesta. Sin embargo, eso no les bastó, porque sacaron lo peor de sí: “Al ver que el botín no los conformaba, nos torturaron con golpes y asfixia. Amenazaron con llevarse a mi hijo, y después nos ataron de rodillas en posición casi de ejecución. Finalmente no lo hicieron (no los fusilaron)”, añadió la víctima.

“Los chorros nos superan”

Consumado el atraco, los malhechores se dieron a la fuga a bordo de un Volkswagen Fox, dejando inmersos en un mundo de pánico a los damnificados, en completo estado de shock. “¿Qué decir? Agradecer estar vivos, porque pensé que nos mataban”, aseguró la víctima.

El dueño de la propiedad, luego de la cantidad de golpes recibidos, debió ser trasladado hasta un centro de salud, por la magnitud de las lesiones. Fue atendido en la guardia y se constató que, por fortuna, su vida no corría peligro.

“Los chorros siempre nos superan en todo y tienen todos sus derechos garantizados”, esgrimieron las víctimas, y completaron: “Cuídense mucho, queridos amigos y vecinos citybelenses, porque nuestro pueblo tranquilo y pacífico de otrora está asaltado por vándalos violentos que roban y castigan sin piedad al pobre que trabaja decentemente para poder mantener lo poco que tiene, sin lujos ni riquezas. La propia Policía reconoce que hay un estado garantista que se las hace cada vez más fácil, mientras nosotros no sabemos qué más inventar para protegernos”.