ROSARIO

La bailarina que recibió siete tiros en un ataque narco despertó del coma y se comunica por señas

Virginia Ferreyra, profesora de danzas árabes, sufrió heridas gravísimas hace un mes durante una balacera en una parada de colectivos. Su mamá murió en el ataque.

Virginia Ferreyra (32), la bailarina de danzas árabes que recibió siete disparos en medio de una balacera narco en Rosario, se despertó del coma y se comunica a través de señas con su familia y el personal médico que la atiende.

El brutal ataque ocurrido hace un mes le costó la vida a su mamá, Claudia Deldebbio (57), y las balas alcanzaron también a un adolescente de 16 años, que sufrió heridas menores y se encuentra fuera de peligro. De acuerdo con la investigación, las víctimas no eran el blanco principal de los atacantes.

La recuperación de Virginia Ferreyra, la bailarina baleada mientras esperaba el colectivo: “Ella va para adelante, como hace en su vida”

“Vir tuvo mejorías y le retiraron el último drenaje del tórax. El hígado lo tiene comprometido, pero le van a seguir haciendo estudios. Todas las intervenciones siempre fueron favorables. Ella va para adelante, como hace en su vida”, contó Mónica, amiga de la joven que ingresó en el Hospital de Emergencias Dr. Clemente Álvarez (HECA) con heridas de arma de fuego en el abdomen, tórax, ingle y una pierna.

Andrea Becherucci, subdirectora del establecimiento médico, indicó en el último parte que Ferreyra continúa internada en terapia intensiva con asistencia mecánica ventilatoria, aunque presenta una evolución favorable de todas sus lesiones.

“Eso permitió que se le fuera disminuyendo los sedantes, por lo cual ella está más reactiva”, sostuvo la médica, y agregó que la paciente “está todavía bajo los efectos de medicación y no recuerda nada de lo que pasó. Recién está comenzando a despertarse, a movilizarse y a manifestarse gestualmente”.

Según Becherucci, la mejoría experimentada por Ferreyra permitió que se le realizara una endoscopía de la vía biliar con el objetivo de solucionar las heridas que sufrió allí y en el hígado: “Ese tipo de lesiones son las más difíciles de resolver desde el punto de vista quirúrgico. Esta intervención se postergó a la espera de que la paciente estuviera estable para no correr riesgos”.

El hecho se produjo el sábado 23 de julio cerca de las 19.00, cuando sicarios de un clan narco abrieron fuego contra una casa y arremetieron contra las personas que esperaban en la parada de colectivos situada en la esquina de las calles Maestros Santafesinos e Isola, en el Sur de Rosario.

Hasta allí había llegado la bailarina de danzas árabes junto a Deldebbio, que decidió acompañar a su hija porque temía por la inseguridad que acecha en esa zona, una de las tantas que sufren el dominio narco en la ciudad santafesina.

Según consta en el expediente, cuatro hombres a bordo de un Peugeot 208 gris frenaron frente a una torre del complejo de monoblocks del barrio Fonavi del Mercado y abrieron fuego como parte de una disputa por el territorio.

Las dos mujeres -al igual que un adolescente llamado Fabricio- esperaban en la parada de colectivos. Testigos contaron que, segundos antes, uno de los atacantes les gritó “¿qué miran?” y comenzó a dispararles.

“Yo estaba en el departamento y mi señora había salido a acompañar a mi hija a tomar el colectivo. En un momento sentí los disparos y bajé rápido”, contó horas después del hecho Carlos Ferreyra, esposo y padre -respectivamente- de las víctimas. “Mi señora ya estaba sin vida. La llevamos rápido a Virginia y mi otro hijo se quedó con ella”, dijo.

El hombre contó que su hija se mantuvo consciente mientras era trasladada al HECA: “Me decía que me amaba y que le costaba respirar”.

El 16 de agosto, siete personas fueron detenidas tras 20 allanamientos a cargo de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) del Ministerio de Seguridad de Santa Fe. Fuentes vinculadas a la causa indicaron que el ataque “sigue bajo investigación y en las próximas horas habrá más allanamientos”.

Hasta el día del ataque, Virginia Ferreyra se desempeñaba como directora e instructora de baile en la Sociedad Libanesa de Rosario. “Ella está viva porque tiene cuerpo de atleta y es joven”, comentó Néstor Hage, presidente de la institución.

“Nadie se merece lo que pasó, pero si hay alguien que no se lo merecía era ella. Es una persona muy querida por todo lo que le da a la Sociedad Libanesa, y que tiene una sensibilidad especial con los chicos”, concluyó.