Trama Urbana - Diario HOY

LA PLATA: La aberrante historia del violador serial “El sátiro de los edificios”

Alberto Salas fue condenado dos veces: en ambas lo benefició la Justicia platense. Una mujer policía lo mató cuando intentó abusar de ella.

Durante la tarde del 3 de mayo de 1999, Alberto Fabián Salas le pegó una trompada a una joven estudiante de Odontología que estaba por tomar un remís, en la puerta de entrada de un edificio ubicado en el casco urbano de La Plata.

Luego la obligó a ingresar a su departamento y le pidió dinero y su cédula de identidad; la llevó a una habitación, la ató, la violó, la obligó a ducharse y la amenazó, para después exigirle que lavara su ropa y huir del lugar.

Un relato similar al anterior se produjo el 1° de septiembre del mismo año, cuando el hombre sometió a una menor de 16 años. En octubre de 1999, el violador fue atrapado al intentar asaltar y abusar sexualmente de una estudiante en un edificio de calle 8 entre 39 y 40.

El sujeto había entrado al departamento ubicado en el segundo piso, pero en un descuido del agresor, la chica se dirigió hasta la ventana y se tiró hacia el primer piso para pedir ayuda. Justo pasaba por allí un patrullero de la comisaría Segunda y el implicado fue capturado.

Sin embargo, la investigación tuvo sus matices ya que por esos días había sido acusado injustamente

Silvio Herrera, un joven de la localidad bonaerense de General Alvear que estudiaba Ingeniería en La Plata, quien estuvo casi un año preso por su notable parecido físico con el verdadero agresor sexual. También estuvo sospechado otro muchacho de apellido Nievas. Tras conocerse los resultados de ADN que se encontraron en las escenas de los ataques, que dieron un 99,9% de coincidencia con Salas, ambos estudiantes fueron sobreseídos.

Personalidad psicopática

El modus operandi del depredador sexual siempre era el mismo: esperaba agazapado a muchachas en los edificios, las obligaba a ingresar y, previa amenaza, las violaba para luego escapar.

Los peritajes psicológicos y psiquiátricos concluyeron que el individuo era “un sádico perverso, que comprende, dirige, planifica y actúa”. Emir Alfredo Caputo Tártara, uno de los jueces que condenaron en 2001 a Salas a 17 años de prisión, aclaró que “la personalidad psicopática no implica inimputabilidad”.

Sin embargo, en un polémico fallo, los jueces del Tribunal de Casación bonaerense, Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués, le redujeron la pena a 14 años de prisión por considerar que su condición mental era un atenuante.

En 2007, el abusador fue nuevamente llevado a juicio y condenado a 25 años de cárcel por dos violaciones más. Sin embargo, en abril del 2013 sería beneficiado otra vez por la Justicia, esta vez con libertad condicional.

Poco después de las 14 del 21 de junio del 2013, en un edificio ubicado en el 777 de la calle 5 entre 47 y 48, terminaría el último capítulo de la historia del violador serial.

Salas tenía 47 años cuando intentó atacar a una policía de 27. La sorprendió cuando ella estaba saliendo de su departamento, le dio una trompada en la boca e intentó meterla en el domicilio, colocándole un trapo entre los labios. Una vez en el interior del inmueble, la víctima logró tomar su arma reglamentaria y disparó cuatro veces contra el hombre.

Uno de los proyectiles impactó contra él y lo dejó malherido. Pese a eso, intentó a huir, aunque terminó muriendo en el hall de entrada del edificio.