Comunidad Terapeútica

La Razón de Vivir: el director de la comunidad terapéutica negó las acusaciones de servidumbre y explotación

El director de la comunidad terapéutica negó las acusaciones y acusó a un sacerdote con quien trabajan ex colaboradores suyos.

Ante el fiscal que investiga las denuncias radicadas por al menos diez expacientes de esa comunidad terapéutica, el director de "La Razón de Vivir", donde vivían jóvenes con consumos problemáticos de drogas, negó las acusaciones de asociación ilícita, explotación laboral y reducción a la servidumbre en los centros que dirigía en Berazategui y Florencio Varela. Néstor Zelaya aseguró que quienes lo denunciaron ahora se encuentran junto al cura que lo acusó, detallaron fuentes judiciales.

Zelaya respondió ante el fiscal Daniel Ichazo sobre su responsabilidad y la del resto de los imputados en el centro. En su declaración, contó como conoció a cada uno de los denunciantes, el acompañamiento que se les hizo y la colaboración de los familiares en cada momento del proceso. "Todo lo que hice fue con el objetivo de salvar pibes", aseguró el acusado de liderar una asociación ilícita.

En en lugar, aseguró, todos trabajaban "ad honorem", con algunos exadictos recuperados y profesionales que aportaron su colaboración. Zelaya también aseguró que aunque no tenía habilitación si la había tramitado.

"Nosotros trabajamos para que los pibes dejen las adicciones y recuperen los valores, principios y que tengan un proyecto de vida", aseguró Zelaya, que luego mencionó cada sector de la "quinta", como la cocina, el parque y la carpintería, y qué actividades se desarrollaban para lograr la recuperación de los pacientes.

"A Medina le pagaba 10.000 pesos"

Preguntado por el fiscal Ichazo, Zelaya detalló qué funciones cumplía el conductor televisivo Marcelo "Teto" Medina, a quien definió como un "tipazo" al que contactó por redes sociales para que brindara charlas motivacionales.

"Yo arregle con él que venga los martes, le pagaba unos 10.000 pesos", dijo el principal acusado y luego aclaró que lo que se cobraba como inscripción, entre 4 y 7.000 pesos, "a veces se repartía entre el operador y quien lo acercaba a la comunidad".

Zelaya aseguró que Medina no tenía ninguna relación de dependencia laboral con él. "Yo lo tomo como una persona de mi familia, el venía a dar charlas motivacionales", declaró.

"Lo manejamos entre nosotros, no había un responsable médico"

Por cada joven internado, dijo el acusado, la comunidada cobraba alrededor de 15 a 20.000 pesos, aunque, aseguró, muchos eran becados. "Hoy hay alguno que paga 30.000 y otros 7.000, pero eso nos permite tener un seguro de vida y la emergencia médica", declaró Zelaya, quien además reconoció que no había médicos en el centro. "Lo manejamos entre nosotros, no había un responsable médico. El grupo lo integraba yo, el director de cada institución, el psicólogo y el encargado de coordinarlos", aclaró.

El director de la Razón de Vivir confirmó ante el fiscal que, entre la quinta 1 y 2, la comunidad llegó a tener entre 70 y 80 personas y que los responsables de dar las altas "somos nosotros mismos, los del staff".

Consultado por el sacerdote "Quique", quien es uno de los denunciantes y quien colaboró con ese centro, Zelaya dijo que el cura dejó de ir el año pasado cuando comenzaron a llegar amenazas al centro. Aseguró que algunos de los pacientes lo llamaban "el toca nenes", y que nunca participó del reparto de lo abonado por las inscripciones. Sin embargo, adviritó, "con algunos de los recuperados le dimos una mano para terminar una casa que tenía en Mar del Plata".

"El padre Quique tiene una quinta que se llama 'Saber que se puede', donde están todos los pibes que me están denunciando", aseguró el acusado.