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Ladrones fracturaron a un jubilado durante un brutal robo en una casa de Villa Elvira
Tienen que operarlo, mientras que también atacaron a culatazos a su mujer y le gatillaron a la nuera. Los cacos escaparon con dinero y diferentes elementos de valor
Una familia de Villa Elvira vivió una verdadera pesadilla dentro de su casa cuando fueron atacados por tres ladrones armados y tan violentos que le fracturaron la cadera a un jubilado, de acuerdo a lo aportado ayer por las propias víctimas.
Los malhechores se acercaron hasta un almacén de 1 entre 99 y 600 justo cuando salía la única clienta y encañonaron a la dueña, a quien le dijeron que se quedara quieta y que no gritara porque la mataban.
A un costado viven los suegros de la víctima, una mujer de 71 años y un hombre de 76, y se metieron en su casa. “Yo justo me había quedado sola en el comercio porque mi marido había salido. Se ve que esperaron a no ver el auto para materializar el ilícito”, contó la damnificada ante este multimedio.
Una vez en la propiedad, se volvieron todavía más agresivos y “le dieron un culatazo a mi suegra, además de cachetadas. A mi suegro le pegaron tanto que le fracturaron la cadera y tienen que operarlo mañana (por este sábado). A mí me gatillaron en la cabeza”.
Ya en acción, “revolvieron todo” y se apoderaron del domicilio de un acordeón, un televisor, una máquina de fotos y un equipo musical, mientras que del almacén se llevaron los $4500 de la recaudación, la máquina de cortar fiambres, una balanza, bebidas y hasta cigarrillos.
“Zona liberada”
“Una clienta que recién había atenido y estaba volviendo a su casa descubrió que iban a robarme porque cuando ella salió pasó por la puerta del local un auto negro que después retrocedió y bajaron personas encapuchadas. Los ladrones entraron a las 21 y ella llamó al 911 a las 21.01 y también le avisó a mi marido, diciéndoles que nos tenían de rehén, y terminó llegando primero él”, se resignó la víctima.
Aclaró que los hampones actuaron “durante 25 minutos con total tranquilidad” mientras cargaban el botín y, una vez que arribaron los agentes de la fuerza, “les dije que habían llegado tarde como siempre y que tenían la zona liberada. Tengo bronca porque abrimos hace una semana y nos sacaron todo lo material. Somos gente laburante y mis suegros son jubilados. No sé, creyeron que teníamos plata acá. Doy gracias a Dios que tenía ese dinero y les dije que se lo lleven pero que no nos lastimen”.
Por último, enojada, aseveró que “me da vergüenza vivir en este país. A los ladrones les deseo que se mueran en el infierno, porque no le pueden pegar a personas mayores. Les deseo que sufran lo que está sufriendo mi suegro”.
En cuanto a los cacos, calculó que uno tenía unos 25 años y el otro entre 15 y 17, uno llevaba barbijo negro y el otro un pañuelo.