CÓRDOBA

Los policías acusados de matar a Valentino Blas Correas tienen causas penales

Los dos policías acusados de asesinar al adolescente Valentino Blas Correas en Córdoba tenían causas judiciales pendientes pero se encontraban igualmente en funciones, patrullando las calles y armados.

Se trata de Lucas Gómez y Javier Alarcón, los primeros dos detenidos que tuvo la causa, ambos imputados de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y también por tentativa de homicidio, por disparar contra el Fiat Argo en el que circulaba la víctima junto a otros cuatro amigos.

Los antecedentes de Gómez fueron los primeros en salir a la luz. En su caso, el cabo figura en una causa contra un violador serial que fue condenado en 2018 por al menos seis ataques sexuales. Tanto él como otros tres oficiales fueron acusados por la fiscal Ingrid Vago por encubrimiento y separados de su cargo.

Sin embargo, Gómez fue reincorporado poco después al no poder probarse en la Justicia su participación en el hecho. Ahora, se supo que Alarcón también tenía antecedentes por los delitos de privación ilegítima de la libertad y lesiones leves calificadas por un hecho ocurrido en 2013 en Río Segundo.

Si bien se esperan los resultados de las pericia de la bala encontrada en el cuerpo de Blas, una fuente cercana a la causa reveló a El Doce que ya está "casi probado" que fue Lucas Gómez el responsable por el disparo que mató al adolescente la madrugada del 6 de agosto y que Alarcón fue el que tiró en dirección hacia los neumáticos del auto en el que iban los chicos.

Blas y sus amigos volvían de cenar en un bar pero al intentar evadir el retén policial ubicado a la altura del edificio Pablo Pizzurno los efectivos abrieron fuego contra ellos y uno de los proyectiles lo alcanzó por la espalda.

En ese instante se desató la dramática secuencia que terminó cuando el vehículo de la víctima fue interceptado por los policías en Chacabuco y Corrientes. Para ese momento Blas ya estaba muerto, tras un frustrado intento de sus amigos por que lo asistieran en la clínica Aconcagua.

Por el crimen hay cinco detenidos. Además de Gómez y Alarcón, están imputados la agente Wanda Esquivel por encubrimiento agravado y omisión de los deberes de funcionario público.

También fue imputada la oficial Yamila Martínez por el mismo delito que Esquivel y al subcomisario Sergio Alejandro Mercado por encubrimiento agravado e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Se trata del funcionario que está en jerarquía por encima de los dos policías que dispararon.