Mendoza: encontraron el cadáver de una mujer en un pozo de agua a 80 metros de profundidad

El cuerpo de Dora Hidalgo, la mujer de 67 años que era buscada desde el 31 de agosto pasado, fue hallado ayer a unos 80 metros de profundidad dentro de un pozo de agua en el predio en el que funciona un lujoso salón de fiestas, en la localidad mendocina de Maipú, donde trabajaba. Por el crimen, la Policía detuvo a un hombre como el principal sospechoso del caso.

Se trata de un electricista y plomero de 35 años que al igual que la víctima cumplía tareas en el interior del predio. El hombre fue detenido hoy por el crimen de la mujer de 67 años.

Según indicaron fuentes policiales, las sospechas apuntan a que el crimen se produjo en el marco de una disputa entre personas que trabajan en el interior del establecimiento aunque se investiga como un femicidio. Así el hallazgo del cuerpo tuvo lugar en el salón de eventos “Luna India”, donde la víctima se desempeñaba como casera.

Se cree que la mujer fue asesinada y luego arrojada al pozo de agua, donde fue encontrada a unos 80 metros de profundidad.

Hidalgo, oriunda de Córdoba, pero radicada en Mendoza, realizaba distintas tareas de mantenimiento y limpieza en el predio, además de encargarse de alimentar los perros del lugar. La Policía provincial la buscaba intensamente desde el 31 de agosto pasado, cuando sus familiares denunciaron su desaparición.

Los efectivos habían trabajado desde el viernes en el pozo perforado en el que recién ayer lograron divisar los restos de la mujer. En primer lugar se hallaron restos de sangre en la boca del pozo y luego a medida que se exploraba fueron encontrándose restos de cabello, hasta que finalmente, a unos 80 metros, pudo ser hallado el cuerpo.

Según indicaron fuentes judiciales, existen “elementos” que inclinarían las sospechas sobre una participación en el asesinato del detenido, que fue puesto a disposición del fiscal de Homicidios local Gustavo Pirrello, que tomó intervención en el caso.

Los casos de femicidios en el país se crecen. Por ejemplo, en la mañana del miércoles pasado, efectivos de la Comisaría Vecinal 12 C de la Policía de la Ciudad se trasladaron hacia un domicilio de la calle Cullen al 5.300 tras el llamado de un vecino que escuchaba gritos de ayuda. Al llegar, los policías encontraron en la puerta de un departamento a la víctima, Alicia Amore, de 58 años. Estaba sentada en el suelo, apoyada en el marco de la puerta de ingreso a su domicilio, y decía que estaba muy dolorida. Alrededor suyo, había manchas de sangre.

A los uniformados les llamó la atención la presencia del hijo de la mujer, identificado como Luciano Delicavo, de 31 años, quien a pesar de que su madre se mostraba lastimada, se mantenía sentado en el sillón del interior de la vivienda del barrio porteño de Villa Urquiza.

Según informaron fuentes policiales, Amore no pudo llegar a contar qué fue lo que le había sucedido debido al estado de conmoción en que se encontraba. La mujer fue rápidamente asistida por médicos del SAME y luego trasladada al Hospital Pirovano con diagnóstico de traumatismos varios. Una vez allí, se corroboró que tenía severas lesiones en el hígado.