Peritajes

Nuevas revelaciones en el caso del empresario descuartizado

La mujer detenida bajo sospecha de participación secundaria tenía manchas de tuco y no de sangre. Además, descubrieron cuándo se activó por última vez el celular de Pérez Algaba

La única detenida por el crimen de Fernando Pérez Algaba era Alma Nicol Chamorro, una mujer que estaba bajo sospecha de partícipe secundaria. Sin embargo, fue liberada tras confirmarse que las manchas rojas en su ropa eran de salsa y no de sangre: "Ella estaba cocinando en la casa de su hermana en el momento del allanamiento y las manchas que había en su remera eran de tuco, no eran hemáticas", explicó Leonardo Cáceres, su representante legal.

Cáceres también justificó que la valija roja en la que aparecieron los brazos y piernas del empresario en efecto pertenecía a la familia de Chamarro pero la joven "no se la llevó, ni la robó".

Por otro lado, los investigadores determinaron que el teléfono celular del fallecido se activó por última vez en el partido de General Rodríguez el 18 de julio, mismo día en el que se encontró allí con Nahuel Vargas y Maximiliano Pilepich para cobrarles una deuda de 150 mil dólares.

Pilepich le había prestado una camioneta Range Rover que Pérez Algaba empleó para movilizarse los días previos a su asesinato y fue devuelta en el encuentro. Una semana después del hallazgo de los restos de la víctima, él mismo entregó el rodado a la policía para que le realicen peritajes, en los que descubrieron dos manchas que serán analizadas para intentar determinar si son hemáticas y, en ese caso, si pertenecen a Fernando. 

Además, expertos en tecnología de la Policía de la Ciudad comenzaron a trabajar sobre su tablet, que había sido secuestrada en el departamento que alquilaba en el partido de Ituzaingó.