Abasto

Quedó al borde de la muerte tras recibir puñalada en un ojo

Un joven de 22 años fue atacado por un hombre de 32. El damnificado permanece internado en terapia intensiva.

En el marco de una violenta pelea, un joven de 22 años fue apuñalado durante las últimas horas en Abasto. El damnificado permanece internado y pelea por su vida, mientras que el agresor fue capturado poco después tras una investigación, informaron ayer fuentes policiales y judiciales.

Los voceros consultados por este medio detallaron que todo tuvo lugar en horas de la noche del sábado. Los implicados comenzaron una pelea en las calles 515 entre 232 y 233 que derivó en una brutal pelea. En medio de la misma, uno de los implicados se valió de un arma blanca y se abalanzó sobre la otra parte, clavándosela en el ojo. “Desconocemos por el momento los motivos de la reyerta, pero sospechamos que ya traían una rivalidad de vieja data”, puntualizó un vocero.

Lo cierto es que, ya lesionado, el autor del hecho se dio a la fuga con rumbo desconocido, mientras que la víctima fue trasladada de urgencia hasta el hospital Rossi. Allí se determinó que había sufrido una puñalada en su ojo izquierdo, motivo por el cual debió quedar internado en la sala de terapia intensiva, en grave estado de salud.

Anoticiados del hecho, agentes del Gabinete Técnico Operativo de la comisaría Séptima iniciaron una pesquisa y establecieron, de esta manera, que el causante sería un hombre de 32 años, apodado “Uyua”.

Cercaron sus movimientos y pudieron dar con él la tarde del domingo, capturándolo en la zona de calles 226 y la avenida 520. Fue esposado y trasladado hasta la dependencia policial, a la espera de ser indagado por la fiscalía penal en turno número 15, que tomó el caso y lo caratuló, por el momento, como “lesiones graves”.

Sin embargo, los portavoces consultados por este medio no descartan que la causa se recaratule como “tentativa de homicidio”, dado que el damnificado, hasta el cierre de esta edición, permanecía luchando por su vida.

Ahora, los pesquisas intentan dar con alguna cámara de seguridad, tanto privada como pública, en donde haya quedado registrado el suceso, así como encontrar testigos de la agresión. A su vez, se espera por una orden de allanamiento sobre la casa del sospechoso, para hallar el arma empleada y posibles prendas con manchas hemáticas.